América está sufriendo un exceso de positividad, lo que conduce a una sociedad del cansancio. Las señales de un mundo mejor simplemente no son para todos. En la inocencia algunos migran porque un lugar seguro parecería posible.
Leyendo a nuestra América
Quién sabe
cuántos volcanes se despertaron
hoy
cuántos faros hemos memorizado,
y sorprendidos por saqueos del alma
perdiendo el sentido de la gramática de lo humano
comprando naranjas fuera de tono
cuántas parodias
silencian la voz,
difícil pulir el karma
a pesar de leer a tantos clásicos
y todo un mundo inocente
que se declara cansado
y viviendo binario
quién sabe
cuántas caricias
caen desde lo alto
para quien adelanta
los pasos hacia
otra frontera
cavando hacia
una luz distinta
lejos del metal amargo
el Oráculo quisiera
pintar la casa con un distinto
color, flirteando con la alegría
lejos
de quienes roban almas,
o las quieren congeladas.
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