La laureada escritora mexicana Laura Esquivel estuvo de visita en Miami y en un encuentro con periodistas en el consulado de su país, con la humildad que la caracteriza, habló de sus obras, entre ellas de su exitosa novela “Como agua para chocolate” y nos invitó a reflexionar sobre la importancia de los pequeños actos y de buscar la luz que todos tenemos dentro, porque «hay luz en las palabras».
Para la escritora, la transformación externa debe estar acompañada de los cambios internos para que exista un mundo mejor de la misma forma en que le sucedió a Tita, la protagonista de “Como agua para chocolate”, quien manejó la represión a la que estaba sometida cultivándose internamente y canalizando su energía creadora a través de la cocina. “El ser humano debe aprender a transformar su energía interna a través de la alquimia. Los pensamientos y las emociones están unidos y no separados, cada idea está acompañada de una emoción y éstas se transmiten al mundo. Las emociones de odio y miedo hacen que las personas se replieguen y secreten sustancias químicas que enferman la salud y disminuyen la capacidad de pensar creativa y armoniosamente. Tenemos un mundo lleno de problemas globales denotando que hemos tomado el camino equivocado”, sostiene la autora hispana más traducida en el mundo.
Laura Esquivel: hay luz en las palabras
Laura nos invitó a reflexionar sobre la importancia de los pequeños actos y las pequeñas decisiones que día a día vamos tomando y que son los que en definitiva cambian al mundo. Mencionó el hecho de que la mujer dejara la cocina -como reacción a la represión que el sistema familiar ejercía sobre ella- y este hecho repercutió en un mundo menos nutrido y mal alimentado: “la comida ha dejado de ser la salud para ser la enfermedad; podemos entender que la comida es un factor esencial para el bienestar integral del ser humano, la comida porta luz que nos alimenta. La luz está detrás de todo”, sostiene.
Precisamente esa luz es el hilo que entrelaza sus tres libros: El diario de Tita y Mi negro pasado, con los cuales completa la trilogía de su bestseller “Como agua para chocolate”. “La luz está siempre en interacción con la materia, ya sea que la absorba, la refleje o la transmita. Comemos luz, los organismos absorben luz, la luz ordena la vida. Hay luz en las palabras, en el conocimiento, en los colores, en la música. Por ejemplo, la música calma o altera al futuro bebé. La luz como el amor todo lo penetra, todo lo transforma y cuando cocino con amor la gente lo recibe. Así Tita aprendió la alquimia del amor en luz de la comida a través de la cocina con amor”.
Hoy en día la ciencia sabe que el ser humano está interconectado y que nada es independiente, lo que afecta a una persona está afectando a todos en realidad. En su nuevo libro, Laura retoma la historia de Tita, y con un nuevo personaje la trae a tiempo presente y nos lleva a reflexionar sobre cómo podemos recuperar el camino que hemos perdido. “No podemos hablar de desarrollo si hay separación, estamos interconectados. Hablar y dialogar más, comunicar más y aliviar el dolor de los demás, dignificar al ser humano: ese es el camino”.
Para Laura Esquivel el mundo se encuentra en un momento de grandes cambios y “las mujeres junto con los hombres tenemos una gran oportunidad de trabajar en esto”.
También aprovechó el escenario para anunciar que el próximo año se estrenará un musical en Broadway y en el Royal Ballet de Londres de “Como agua para chocolate” y que firmó un contrato para una serie en Netflix.
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