Las enseñanzas de Zootrópolis y el mundo salvaje | La Nota Latina

Las enseñanzas de Zootrópolis y el mundo salvaje

Xiomara Spadafora
Xiomara Spadafora, escritora y blogguera.

El domingo pasado fuimos a ver la nueva película de Disney, Zootrópolis. Cuando empezó, creí que iba a poder verla sin llorar como una Magdalena, pero empezó la canción de Shakira, Try Everything (Inténtalo Todo la traducción en español) mostrando la cara de la protagonista sonriendo y con el corazón lleno de esperanza.

No quiero usurpar a Shakira pero el coro traduce algo así:

“No me voy a rendir, no me voy a entregar

Hasta que llegue al final y empezaré otra vez.

No me voy a rendir, no me voy a entregar

Quiero intentarlo todo, aunque fracase”

Judy es una conejita que soñaba con ser policía desde que era una niña. Siempre quiso hacer justicia, pero descubrió que ante los ojos del mundo era muy pequeña para lograrlo. Sin embargo, en lugar de rendirse—como se lo decían sus propios padres–persiguió su sueño hasta alcanzarlo, se graduó con honores y se mudó a la gran ciudad a encarcelar a los chicos malos.

“Durante la canción, los ojos se me llenaron de lágrimas y recordé mi tonto corazón lleno de esperanza cuando llegué a Estados Unidos. Aunque fui valiente en el pasado, estoy segura que jamás lo habría logrado sin el apoyo de mi Mamá. A pesar de tener el corazón en pedacitos ya que su única hija estaba a punto de dejar el nido para mudarse a otro país, nunca me detuvo, y por el contrario, me ayudó a volar”.

En la película los padres de Judy son “conformistas” como ellos mismos se definen. En lugar de incentivar a su hija para alcanzar una vida más allá de lo tradicional, dudan de sus capacidades y le dicen que se olvide de sus objetivos.

En mi niñez, aprendí todo por medio del ejemplo de mi Mamá; desde gestos, palabras, comportamientos, valores y hasta los madrazos—¡perdóname Mami! Todo lo que ella me decía me hizo la mujer que soy. Por eso, ahora que soy mamá, sé que las palabras que le digo a mi hijo tienen consecuencias que repercutirán por el resto de su vida.

Casi todos los días veo el poder y el efecto de lo que digo en las actitudes de mi hijo. Por ejemplo, cuando le digo que estoy orgullosa de él, se sonroja y sonríe tímidamente. Pero cuando es desobediente y le digo que lo que hizo me pone triste, se avergüenza y se esconde.

“Camino a casa después de la película, me quedé pensando y me acordé de una frase que mi esposo le dice a sus hijos mayores todo el tiempo: “La única persona que te puede detener, eres tú”. La verdad no sé si me entendió, pero al final me preguntó, “Mami, ¿puedo ser un Transformer Optimus Prime?” a lo que le respondí, “¡Pero por supuesto!”.

El mundo real es salvaje y está lleno de predadores que tratarán de obstaculizar su camino y tumbarlo al piso. Por esa razón le digo lo orgullosa que estoy de él para fortalecer su autoestima y su carácter. Sin embargo, esto no significa que le voy a decir que es el mejor en algo cuando en realidad no tiene madera, o recoger su desorden para que no fracase en sus tareas.

En mi mente siempre será un bebé y todavía necesita que lo ayude a diario con muchas cosas, como por ejemplo ponerse los zapatos. Pero, si ni siquiera lo dejo que lo intente solo–¡por Dios santo los zapatos son de velcro y no de cordones!—en lugar de amarlo lo estoy saboteando. Con tratar de evitar que mi hijo fracase, lo único que lograré es que él jamás disfrutará sus propias victorias.

“De la misma manera que mi Mamá jamás dudó de mí cuando me mudé a otro país para lograr el estilo de vida que quería, nunca dudaré de mi hijo. Creeré en sus instintos y tendré fe. Ese es el truco; encontrar el equilibrio entre criar a mi hijo apoyándolo sin crearle falsas expectativas o ser indiferente a sus necesidades al punto que piense que no me importa”.

Hasta ahora, creo que le he dado un buen ejemplo. Delante de él trato de comer cosas saludables para enseñarle buenos hábitos de alimentación—aunque como dulces y chatarra cuando estoy sola—y procuro no decir malas palabras—en cambio le hago pistola en silencio a la gente que me cierra cuando estoy conduciendo. Sin embargo, el trabajo de ser mamá es mi proyecto de vida y todavía me quedan muchos años para saber cómo terminará.

@MiVidaGringa

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Gracias por leer y compartir

 

 

 

Xiomara Spadafora
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