Los seres humanos, en ciertas oportunidades, entramos en turbulencias, movimientos inesperados, nos salimos de la rutina, de la muy en boga “zona de confort” y comienza cierto sentimiento interno de entrar en cambios, muchos le llaman crisis.
¿Sabe usted qué es una crisis?
Puede definirse como una “Situación difícil de una persona o una cosa”
Podemos ampliar el concepto diciendo que las crisis pueden derivar de eventos que no están bajo nuestro control tales como accidentes, ruptura de una relación, pérdida de seres queridos, enfermedad, pérdida de empleo, quiebre económico, entre otros.
También puede ser producto de nuestras decisiones: Elecciones personales, relaciones no satisfactorias, empleos no gratificantes, entre otras.
La realidad es que las crisis, por causas directas o indirectas, nos señalan aspectos de nuestra vida que requieren cambios, que en su mayoría, no queremos asumir.
En todo caso, las crisis son eventos que vienen a transformar nuestra vida tal como la llevábamos.
Las crisis, en principio, no son asumidas por quien las vive, de hecho, muchos entran en estado de negación ante estas situaciones.
Es comprensible pues que en el marco de las mismas tengamos malestar o dolor, emociones y sentimientos que nos impelen a emprender acciones y cambios.
Sin embargo, es importante acotar que las crisis pueden ser grandes oportunidades de crecimiento.
Hay cambios que detestamos: Se acaba una relación, perdemos un trabajo, debemos salir de algún lugar abruptamente.
Nos desestabiliza, molesta.
Ahora ¿Qué actitud debemos asumir ante una crisis?
En primer lugar, entender que estamos en el umbral de un cambio, que por lo general es impostergable.
En segundo lugar, aceptar que algo pasa en nuestra vida y que debemos prestar atención a ese algo.
En tercer lugar, evaluar nuestra situación, posibilidades, todo lo concerniente al aspecto sujeto a cambio.
En cuarto lugar, evitar el drama, engancharse en el lamento y la queja. De nada sirve caer en esta tentación, salvo acrecentar la incertidumbre y la resistencia al cambio.
Lo más importante de todo esto es entender que si nos mantenemos centrados, calmados y tratamos de entender lo que vivimos, detrás de ese aparente caos, puede haber una gran oportunidad.
Oportunidad de crecer, de retar nuestras capacidades.
Ténganlo por seguro: Nadie enfrenta situaciones para las cuales no esté preparado
Cada reto en nuestra vida representa el ejercicio de todas las capacidades inherentes para salir airosos y con más conocimiento
La vida es un constante reto.
Asumamos las riendas de nuestra vida.
Aceptemos que es dinámica, fluida, que todo tiene un principio y final.
Transformemos el sentido de las crisis en grandes oportunidades para crecer y vivir
Y créalo: Ese aparente final puede conducirnos a algo inesperadamente maravilloso y gratificante que nos lleve a decir: ¡Valió la pena vivirlo!
Abrazo de Luz amigos
María Verónica Guzmán R.
Comunicador Social, Sanadora Pránica, Reikista,Tarotista, Sanadora con el péndulo.
Twitter: @mariaveroguzman/Instagram:@mariaveroguzman
Correo electrónico: mariaveroguz@gmail.com
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