Sin duda alguna el cambio dietético al visitar otra cultura es uno de los retos más grandes que encontramos al querer disfrutar del modo de vida en un nuevo lugar. El estómago tiene la fama de ser nuestro segundo cerebro, se siente eso porque nuestro bienestar físico y mental dependen de una sana digestión luego de haber comido. En la Filantropía de Cultura sostenemos que la herencia es un aporte para el desarrollo económico y la innovación social de las comunidades, por ello en este caso apuntamos a la salud como base de nuestro aporte.
Para asegurarnos que entramos a la nueva cultura sin sufrir pérdida de nutrición o angustia mental, es recomendable comenzar por probar los alimentos de la nueva cultura poco a poco y no consumir ni productos embutidos ni de cajas. Lo más saludable será comprar productos locales en mercados comunitarios y preparar los alimentos en casa de modo parecido a recetas que ya conocemos. Los inmigrantes corren el riesgo de engordar por lo menos 20 kilos en el primer trimestre de su vida en el nuevo sitio. Además, el aumento de peso afecta la salud mental.
Para evitar el sobrepeso que pueda venir con el estrés de vivir en un nuevo país y el cambio de dieta, es recomendable salir a caminar todos los días o hacer ejercicio en casa. Finalmente, sonreír es beneficioso para segregar endorfinas, la hormona de la felicidad, éstas también apaciguan los dolores. Prestando atención a lo que consumimos, sin alejarnos mucho de nuestras comidas tradicionales, buscando estar activos y sintiendo dicha por lo que valemos para nuestra cultura, lograremos una vida balanceada en nuestra nueva casa.
#Culturephilanthropy
Traditional Recipes Nourish the Body and The Mind
When visiting another culture, dietary changes are certainly are some of the biggest challenges to overcome when trying to enjoy the way of life in a new place. Our stomach is often called our second brain, we feel that way because our physical and mental well-being depend on a healthy digestion after eating. In Culture Philanthropy we support that our heritage is an asset to economic development and social innovation, for that reason, in this case, we focus on health as the base of our contribution to society.
To ensure that we enter the new culture without suffering nutrition imbalances or mental anguish, it is recommended to begin by trying food from the new culture in small quantities and avoiding processed products. The healthiest way to change our diet is by buying local products at community markets and preparing those foods at home in a way similar to recipes we already know. Immigrants are at risk of gaining at least 10 pounds within the first four months in their new life. Also, abrupt weight gain has a negative effect in our mental health.
To avoid overweight levels that may occur due to the stress caused by living in a new country and changing a traditional diet, it is recommended to go for a walk everyday or to exercise at home. Finally, smiling is beneficial because it helps secrete endorphins, happiness hormone, which also alleviates pain. By paying attention to what we eat, without changing too much from our traditional meals, seeking to be active, and feeling joy for how valuable we are to our culture, we will achieve a balanced life in our new home.
#CulturePhilanthropy
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