La ciencia encuentra caminos cada día para descubrir los ¿Por qué? del universo y cómo funciona la magia de la existencia. Lara Olvera García, nos narra en el éxito editorial La Biología del Amor, sus reflexiones sobre salud, bienestar, epigenética, a través de revelaciones de su historia familiar hasta la sanación de su alma y su cuerpo.
Una sonrisa contagiosa, suaves, cortas y certeras palabras describen a Lara Olvera García, una bióloga mexicana, egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana, quien desde el primer instante nos abrió su corazón y nos contó el recorrido, desde las sombras de su vida hasta descubrir que la sanación del cuerpo pasa por encontrar su alma familiar y el amor.
“Mis padres tuvieron una hija que sólo vivió por un periodo de tres meses. Al parecer fue muerte de cuna y este suceso los marcó y los devastó de manera permanente. El dolor de pérdida y el sentimiento de culpa los invadió tremendamente. Al ellos tener un tercer hijo y ser niña, les provocó una gran alegría porque de alguna manera, pensaron que mi hermanita había vuelto y tenían una segunda oportunidad conmigo”.
Los padres de Lara, incluso le colocaron a la niña el mismo nombre, Sara y tan sólo cuando la pequeña cumplió los 19 años, descubrió la existencia de su hermana. “La tarea de mis progenitores era que sobreviviera a toda costa y mantenerme alejada de peligros. Mi sistema inmunológico era muy débil. Con estos cuidados excesivos desarrollé cuadros asmáticos y alérgicos que eran una solución biológica para el dolor de mi madre y la oportunidad de sanar ese dolor para la sobrevivencia del clan”.
“Hoy soy Lara y cuando alguien me dice Sara me siento incómoda, pues ya no me identifico con ese nombre. Ahora he tomado mi lugar y le he dado su lugar a mi hermana. Cuando tomé mi nombre, comencé a construir mi propia vida”.
La enfermedad detrás del miedo
Lara nos relata un suceso muy importante en su vida adulta donde surgieron otras interrogantes. “Mi primer esposo moría de cáncer en el cerebro y no había poder humano que lo salvara. Lo más interesante es que nadie había tenido esta enfermedad en su familia. ¿Era una enfermedad genética, hereditaria? ¿Por qué había personas que sanaban, o más aún, nunca la padecían?”.
Narra Olvera, que cuando comenzó a escribir el libro no se imaginó que entraría a un mundo nuevo y desconocido dentro de la ciencia. “Creí que tenía todas las respuestas que necesitaba y que con abarcar la parte emocional y psicológica ya podía tener un panorama completo de lo que me había sucedido. Pero estaba muy lejos de saber cómo era que interactuaban mis pensamientos, mis emociones, mi herencia emocional y genética y mi cuerpo al unísono”.
El eje transversal de la publicación es la biología y desde allí se apoyó Lara, entrelazando otras disciplinas para llegar a conclusiones casi milagrosas. “Una biología que nos lleva a escuchar a nuestro cuerpo y cómo, a través de una enfermedad, intenta resolver un conflicto. Es una nueva manera de escuchar el lenguaje del cuerpo, de sintonizarse con nuestro interior desde nuestra propia biología y desde la emoción preguntar, ¿qué es lo que el cuerpo necesita?, porque si no se le escucha, lo expresará con una enfermedad”.
–¿Cómo explicaría el proceso de enfermar para sanar desde la biología?
–-Todo tiene una explicación biológica y lo más interesante es que una enfermedad te muestra un conflicto o un secreto, una vez que existe, ya sea tuyo o transgeneracional. Cuando no se ha resuelto, alguien del sistema familiar lo va a padecer con una enfermedad y esa patología, lejos de luchar contra ella, es un acto de amor…Por ejemplo, un cáncer de mama nos dice: “tengo que nutrir a tantos”, como no puedo, requiere de una mama más grande y te lo voy a facilitar, mientras resuelves el conflicto. La enfermedad te abre los ojos para que puedas solucionar. Pero todo tiene un límite, las que no se curan, no pudieron resolver el conflicto y el cuerpo tiene fecha de expiración.
La ciencia ha evolucionado y han surgido nuevas ramas como la epigenética, que toma en consideración las situaciones transgeneracionales y cómo influyen en la expresión de los genes. Lo mismo ocurre con las Constelaciones Familiares, la Psicología transgeneracional, Biodescodificación, etc. Todas estas disciplinas ponen el acento en lo transgeneracional y cómo las experiencias de nuestros antepasados van a tener resonancia e implicación en cómo percibimos y vivimos nuestra propia vida.
“Pero el camino no terminaba allí. Iba más profundo hasta tocar el alma, mi alma en todo este proceso que es la vida en sí. Había una sabiduría interna y milenaria que me mostraría que primero tenía que ocurrir una sanación interna para que pudiera haber una sanación en mi cuerpo de manera natural. Cada vez que creemos que la solución esta fuera, negamos el poder interior que tenemos para sanarnos”.
–¿Habrá que hacer cambios en nuestro sistema de creencias?
-Si la persona cree que se merece sanar su cuerpo, su mente estará más receptiva a sus energías sanadoras. El método de curación más eficiente es ejercitar la voluntad y el deseo de hacerse cargo de la propia salud y ser responsable de todo lo que le ocurra en la vida. De esta manera, se aborda la causa original de prácticamente todas las enfermedades. Una vez que sepamos qué es lo que genera la enfermedad, seremos capaces de encontrar un equilibrio y sentar las bases para tener una salud óptima.
“Las creencias se construyen a partir de la percepción de un hecho, sea éste una vivencia, informaciones, rutinas, etc. Lo que deviene de ese hecho termina siendo una experiencia subjetiva que se registra en todas las modalidades del sistema representacional, de allí surge una generalización, muchas veces a partir de un primer impacto y otras, al término de varias repeticiones y así puede quedar clasificada como positiva o negativa para el individuo, dando lugar a las creencias potenciadoras o limitantes”.
Las creencias funcionan como la fe. No hay sustento concreto que las compruebe, son generalizaciones mentales a las cuales les damos poder de convertir en realidad lo que no se ve.
El Amor duele, el amor sana…
Después de un año y nueve meses de separación de su segundo matrimonio, Lara firma un polémico divorcio que adicionó aprendizajes en el camino de sanación. En esta Biología del Amor, Olvera nos conduce por el pasaje que vivió y en el que su sistema inmunológico sufrió de enfermedades como: ataques de pánicos, alergias, gastritis y con la pasión de una científica y el corazón de una mujer, aprendió desde dolor, el amor a la vida y a los otros.
“Por fin se había cerrado ese capítulo en mi vida, y ahora estaba lista para empezar uno nuevo, pero seguía tan confundida como al principio. No sabía qué hacer, ni a donde ir y estaba tan agotada emocionalmente que no tenía ganas de pensar en mi futuro”.
Pero Olvera, continúo el recorrido hacia sí misma hasta lograr desenmarañar todos los patrones de dependencia y codependencia de su relación de pareja y agradecer el aprendizaje. “Gracias porque al haberte conocido tuve la oportunidad de cambiar mi vida, gracias por el gran maestro que fuiste para mí y por mostrarme las cosas en las que tenía que trabajar y cambiar”, fue la frase de cierre de su divorcio.
Sin embargo, algo faltaba en este proceso y Lara descubrió lo que se dijo a sí misma. “! Por favor, no puedo vivir sin ti, necesito de tu amor, cuidado y protección. Prométeme que ya no me abandonarás y que seré tu felicidad y bienestar! Y como si estuviera haciendo votos de casamiento, di mis votos a esa persona que había dejado abandonada por querer buscar afuera, lo que todo el tiempo estuvo en el interior.. Por fin había vuelto a casa!”.
Reescribiendo la historia
A través del libro, Lara pudo hacer un viaje a su interior. “Todo está bellísimamente orquestado por un solo propósito…El de sobrevivir a toda costa y nuestra meta es la felicidad y la paz. Que no hay otra manera de conocer a Dios, sino a través de nosotros mismos, porque si somos polvo cósmico, entonces el Universo está contenido en mi ser y en cada uno de nosotros”.
–¿Qué buena noticia conseguimos en la Biología del Amor ?
–La buena noticia es que todos los caminos llevan a un único destino. Y es en ese principio final donde todo se puede generar, cuando nos permitimos conectar con nuestra esencia, de aceptar lo que ocurre en cada momento, de fluir con la vida, de saber que somos uno con el universo. La epigenética revela que nuestras percepciones controlan nuestra biología y que somos nosotros los que prendemos y apagamos esos interruptores, a través de lo que sentimos y percibimos de nuestro sistema de creencias y nuestro árbol familiar.
“Después de haber sufrido de ataques de ansiedad, me sentía como si estuviera en medio de una tormenta en el océano , sola con mi barco, sin que nada ni nadie pudiera ayudarme … Mi única opción era saltar y así lo hice, .. y lo único que podía hacer en ese momento, era darme vuelta y flotar. Esa visualización la hacía cuando el miedo y la ansiedad me atacaban, me volteaba para que el agua (la vida) me sostuviera. Tenía que aprender a fluir con la vida y no ir en contra de ella…Tenía que confiar en mi misma.. Había comenzado un largo y sinuoso camino hacia mi auto dependencia… Hacia mi libertad”
La primera edición de La Biología del Amor, se agotó en México, en marzo del 2016. Actualmente se prepara su segunda edición impresa, e-book, la traducción al idioma inglés y alemán en ambos formatos y una serie de talleres sobre la publicación. Lara Olvera es Directora del Departamento de Investigaciones en Innovación Matemática del Grupo CUDEC, México y asistirá en los próximos días a dictar una conferencia en Canadá, en el Congreso sobre Educación y Aprendizaje de Ciencias para mostrar su modelo matemático desde la visión del niño en el aprendizaje de álgebra y cálculo.
Definitivamente, la buena noticia es que la espiritualidad y la ciencia convergen en armonía y agradecemos a Lara Olvera García por mostrarnos su vida.
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