Oportunidades…¿Alguna vez han experimentado la sensación de inseguridad al llegar a un lugar desconocido?
Varios meses atrás, me invitaron a asistir a un evento llamado Tecnología Emergente, al que asistirían profesionistas de distintas compañías. Al recibir la notificación dudé en inscribirme. Por lo general me gusta aprender cosas nuevas y aprovechar las oportunidades, pero en esta ocasión, la conferencia sería en un salón de la famosa Universidad de Ohio, por lo que no me decidía. En caso de que se pregunten, ¿qué clase de motivo es ese?, o más acertado sería decir, que excusa tan ridícula.
Pues sí, increíble pero cierto. Con sinceridad les digo que, al escuchar el nombre de la universidad, me sentí intimidada. Cuando me enteré de que dos de mis compañeras de trabajo se inscribieron, pensé que no iría sola y eso me alentó. Transcurrieron varios días y una de mis colegas no recibió confirmación de su asistencia, por lo que ya solo éramos dos las que nos presentaríamos. A los pocos días, mi otra compañera me informó que no podría ir. “¡Oh no!, tendré que ir sola y no conozco a nadie”, pensé algo nerviosa y la idea de no acudir cruzó por mi cabeza, pero me pareció irresponsable.
La agenda indicaba que media hora antes de iniciar la conferencia, sería destinada para relacionarse con otros profesionistas. Al llegar, me dediqué a prepararme un café, evaluando con calma todas las posibilidades para hacerlo: con canela, con crema o con leche, en taza o en vaso de cartón, con tapadera o sin ella; como si no pudiera recordar la manera en que lo tomo todos los días. La verdad, necesitaba consumir el mayor tiempo posible para disimular mi presencia.
Abrieron las puertas de la sala y me senté en el primer lugar que vi vacío, identifiqué una mesa donde todas las sillas estaban disponibles. Poco a poco llegaron más personas y ocuparon los lugares.
Oportunidades para aprender
Los conferencistas comenzaron con sus exposiciones y yo me enfoqué a escuchar, observar y tomar notas, aunque no por mucho tiempo ya que lo primero que detecté es que nadie más lo hacía, en ese momento mi mayor interés era el de encajar.
Conforme transcurrió el día, aprendí no solo de nuevas tecnologías, sino de mí misma. Confirmé que, a estas alturas de mi vida, tengo muchas inseguridades. En esta ocasión culpé a el idioma, a la simple realidad de que el inglés no es mi primera lengua y también al hecho de ser extranjera. Razones que me provocan el temor a ser vista como una persona incompetente.
Tras recorrer con la vista el salón entero, percibí que, de las cinco personas sentadas en mi mesa, dos de ellas eran estadounidenses y tres inmigrantes: una de Taiwán, otra de la India y yo, su mexicana servidora. Seguí observando y me percaté de que dos de los cuatro conferencistas, no eran de Los Estados Unidos; uno parecía ser japones y el otro de Brasil. “Después de todo no soy la única extrajera”, me sorprendí al ver que tan alto porcentaje de foráneos estaban en el panel.
Poco a poco, empecé a sentirme más cómoda. A la hora de comer, la metamorfosis que ya se presentaba dentro de mí, casi culminaba. Me transformé de ser un topo solitario, cuyo único objetivo era el cavar un hoyo para esconderse, a una persona aprendiendo de la conversación y de las opiniones de otras.
Los organizadores del evento tal vez estuvieron en la creencia que salí de allí con conocimientos sobre automatización, nuevas herramientas cibernéticas y avances tecnológicos. Tal vez no so se imaginaron que al final del día, me sentí satisfecha, conocí a otras mujeres que, como yo, están luchando para salir adelante en la vida, madres y esposas que desean aprender cosas nuevas y avanzar en sus carreras profesionales. Disfruté de la comida junto a personas que compartieron experiencias tanto profesionales como personales, incluso reímos juntas. Yo creo que conseguí más seguridad en mí misma ya que logré vencer uno de mis miedos, que para mí representó por mucho tiempo un obstáculo para poder desenvolverme en este país. Me di cuenta de que a veces tengo temores, los que por muy insignificantes que parezcan, pueden generar estrés incensario en mi vida. En ocasiones imagino estar arriba de un trampolín de una alberca, y con solo ver la altura no me puedo aventar, pero entre más lo intento, termino por lanzarme sin temor e incluso logro hacer piruetas en el aire.
Para finalizar, como dice mi marido Gus: “voy a darles un consejo que nadie me pidió”. No pasen por desapercibas las oportunidades, si hay alguien que se las ofrece es porque con seguridad vio algo bueno en ustedes, así que tómenlas y aprovéchenlas; cualquier conocimiento adquirido nunca sobra. Esta sugerencia puede aplicarse tanto en el ámbito laboral, como a la vida en general. Si alguien los invita a un evento de arte, a un retiro espiritual, a un curso de cocina, cualquiera que sea la oportunidad que se les presente y si tienen el tiempo, el deseo de hacerlo, la salud, y los recursos, no se esperen, ¡tal vez no haya otra!
Todos tenemos temores y debilidades, pero contamos con la capacidad de aprender y crecer, es nuestra propia mente la que nos limita.
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Muy bueno, muy acertado, lo aplicaré.
Es como la historia de las aves, una le dice a la otra, vamos a volar que mañana va a nevar, la paloma con soberbia responde, no yo no saldré hoy, así que su compañera la abandona.
Al día siguiente, la paloma vuela y efectivamente neva, se le congelan las alas y cae a un granero repleto de estiercol, dónde comienza a congelarse; Al ver que se empieza a congelar la paloma pasa una vaca y derrama estiercol sobre ella para calentarla y evitar que se congelé. A continuación la paloma empieza a gritar maldiciones por haber sido ensuciada con estiercol, pasa un felino hambriento, la ve y se la come.
Moraleja:
Las cosas se hacen el día de hoy.
No todo el que te cagué es porque quiere un mal para ti y no todo el que te saque de ese cagué es porque quiere un bien para tí.
Ánimo
La inseguridad siempre ha invadido mi persona, regularmente anida en mi, espero no sea la única ,
Pero también me he puesto a prueba y he visto que la inseguridad puede ser superado .Depende de la situación y uno mismo., muy buenos textos Silvia Rodríguez