La violencia feminicida en México cobra cada año más víctimas | La Nota Latina

La violencia feminicida en México cobra cada año más víctimas

El miércoles pasado, 12 de septiembre, escuché en vivo los minutos más aterradores de la versión que Eileen Moreno dio en la entrevista con Vicky Dávila, sobre los golpes por parte de su pareja, Alejandro García, y la sensación de desfallecer antes de alcanzar la puerta del hospital.

Como era de esperarse la opinión pública, dentro y fuera del país, se ha volcado a apoyar a la actriz y a condenar las acciones de su expareja. Durante cinco días el tema sigue en las primeras páginas de los medios y el número de fotografías de personas—hombres y mujeres–tapándose un ojo con el hashtag #NiUnaMas sigue en aumento.

Pero lo que atrapó mi atención de su relato fue la reacción, o mejor, la inacción del portero y las autoridades mexicanas que atendieron el caso después de ocurridos los hechos.

Esta falta de empatía es consecuencia de la insensibilidad generalizada que aparentemente existe en el país azteca frente al abuso de mujeres y las estadísticas lo demuestran.

El informe “La Violencia Feminicida en México, Aproximaciones y Tendencias 1985 – 2016“–auspiciado por Secretaría de Gobernación, Instituto de Mujeres y ONU Mujeres–registró 2.746 defunciones femeninas por presunto homicidio en 2016. En otras palabras, 7.5 mujeres fueron asesinadas en México cada día.

Para dar un poco de perspectiva a esta alarmante cifra, el número de mujeres asesinadas en Colombia por violencia de género durante 2016 fue 128.

Luego de leer las estadísticas sobre la violencia en contra de las mujeres en México entendí la actitud del portero. También entendí por qué los policías se atrevieron a preguntarle a la actriz si estaba segura de denunciar a su agresor, porque según ellos las mujeres “siempre se terminan arrepintiendo“.

El hecho de ver a una mujer sangrando, con la evidencia de una severa golpiza en el rostro y al agresor de rodillas suplicando que no lo denunciara, no es motivo de alarma sino de escepticismo.

En conclusión, las peleas de parejas son un asunto privado. Y como dice el dicho, quien se mete de redentor sale crucificado.

Aunque el caso de Eileen Moreno se encuentra en un proceso jurídico y muchos otros detalles saldrán a la luz pública, su testimonio dejó claro que suplicó la compasión de sus semejantes y solo recibió indolencia y negligencia.

 

Xiomara Spadafora
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