Hemos despertado en el 2016. Y no, no es una pesadilla… mucho menos una fiesta de Halloween. El Instagram se ha hecho primo de nuestros dedos y la vida corre con su falda cortita. Hasta la abuelita tiene Whatup, los tíos que no saben escribir se han vuelto expertos en comunicación muda, y hasta el Papa Francisco, (el mismo que le gusta comer pocas papas), se ha refugiado en la technology para transmitir su mensaje de paz.
Tal parece que todo se ha adaptando a el reloj que le corresponde. Hemos encajado a un rompecabezas que se cambia de ropa interior a diario, y lo hacemos tan rápida y automáticamente que parecemos tren Neoyorkino sin rumbo alguno.
¡Pero, calma mi gente!
Por igual tenemos nuestro Pedro Picapiedra en la sangre. Aparte de ser innovadores con todo el sentido de la palabra, le ponemos un stop sign a muchas cosas; ignoramos a los que nos saludan en la calle, no levantamos la cabeza para saber qué hora es, nos comemos la comida rápido para no compartir ni un pedazo del pollo al horno, escondemos la metrocard para decir que no tenemos, nos hacemos el dormido en el tren para no darle dinero al desamparado, y claro le decimos que no, hell no, al spanglish.
“¡¿Qué es eso, muchacha?!— diría mi abuela mientras sube su tasa made in China — pero créanme que los críticos literarios saben de lo que estoy hablando.
Pónganme la música de terror y la peluca del Tío Cosa de la familia Adams.
El Spanglish, que lo catalogan como unos de los tsunamis de estos tiempos ha encontrado estadía en los hogares de los latinos. Este suculento y peculiar lenguaje, es la mezcla del inglés y español. Una mezcla de aquí y allá, lo nuevo y lo no tan viejo, una creación de estos tiempos. Es difícil resistirse. Se adueña con fuerza de los millenniums y secretamente se mete entre los bochinches de los adultos. Aunque es usado frecuentemente, muchos lo ocultan, niegan, y hasta lo hacen sentir como un lenguaje huérfano.
Por ahí dicen que este fenómeno, que no lo consideran idioma, que trágicamente está dañando las bases de los lenguajes prestigiosos. Eso no es todo. Insinúan que la juventud lo utiliza para no aprender de las reglas gramaticales, por la vagancia, solo por eso.
Sin embargo, a los críticos parece que les ha olvidado una cosita muy importante o tal vez se hacen los locos. Debemos recalcar que los mejores escritores han rompido con las reglas y han hecho su propia línea. Entonces…¿Pablo Neruda, Josefina Báez, Gabriel García Márquez hicieron bien porque son ellos, pero nosotros estamos mal porque nosotros? Así, señores y papa Francisco si me lee, podemos llegar a la conclusión que no somos progresistas, si no, aparte de ser selectivos, también sufrimos de amnesia repentina.
Ahora que hemos llegado al 2016 o a su final… porque ahora es que estamos sintiendo su fuertes ráfagas de viento, con toda la velocidad del tren descarrilado, con cambios extremos (no sólo climáticos pero en temas políticos y de gravedad), creo que es un deber como juventud recordarles la importancia de hablar varios idiomas.
Por eso les aconsejo que hablen, canten, escriban más en Spanglish. No solo porque nos vemos muy nice speaking two language at the same time, pero porque que podemos demostrar que la gente se adapta a su alrededor y que somos más que estereotipos. Esto no significa que debemos echar nuestros lenguajes a un lado de la basura. Si no, celebrar la diversidad de nuestras culturas.
Hay que ser coherentes. Si usamos todos las redes sociales para saber si fulano se casó con fulana, promocionar your new car, y ver la misa por YouTube, ¿por qué no también felicitar a los que usan el Spanglish?
Si vamos a ser selectivos por lo menos que se evitando lo malo como por ejemplo; eating standing up, lying to your mom, stilling the flowers from the neighbor o decir que todo fue “sin querer queriendo” cuando fue hecho con mala intención. Hagamos el papel de selectivos, in the right way.
Just so you know, el Spanglish es un río of holy water. Dejalo que fluya… fluya, con acento y todo, porque es un cambio que puede ser adjuntado a nuestro corre-corre. Y créanme, ahora mismo que se ve como una pesadilla con Jason Vive y Chucky incluido, el espanglish —la revolución de los milenios, es una necesidad.
@mujerconvozpoet
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