Algunas de sus ideas son calificadas de irracionales, insensatas o absurdas por gran parte de la opinión pública mundial. Sin embargo, Trump ha llegado a los primeros lugares en la intención de voto republicano.
Las posibilidades cada vez mayores de que Donald Trump resulte electo como el candidato presidencial del partido republicano han dejado perplejos a los medios, los politólogos, los patrocinadores, los encuestadores e incluso a su propia organización política.
Trump no es un misterio, más bien todo lo contrario. Pero su popularidad, la conexión emocional que sus seguidores sienten hacia él y su aparente indestructibilidad como candidato sí son un misterio.
Y a pesar del impredecible futuro de Trump como figura política, es necesario entender las raíces de su éxito; sobre todo para los líderes del partido Republicano, quienes han tratado de aprovechar el fenómeno Trump sin destruir al partido en el proceso.
David Berg, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, observa que las amenazas a la seguridad percibidas por muchos votantes ahora vienen “tanto del interior (por ejemplo, el cambio demográfico, la codicia de Wall Street, la inmigración, las consecuencias de la desigualdad de ingresos), como de fuera (el desorden internacional, ISIS, China, Rusia)”.
John Gartner, profesor de psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, ve a Trump como un ejemplo por excelencia de un personaje estadounidense específico: el emprendedor dominante, arriesgado y carismático.
Gartner es autor de dos libros: “The Hypomanic Edge” y “In Search of Bill Clinton: A Psychological Biography”, en los que propone el concepto de “una forma genética de manía leve” para describir a reconocidos personajes estadounidenses que van desde Alexander Hamilton a Andrew Carnegie, y de Clinton a Donald Trump.
Este estado leve o subclínico es característico de muchos de los más exitosos hombres de Estados Unidos, sostiene Gartner. Y menciona algunas de sus características distintivas: “Es un hombre lleno de ideas. Tiene objetivos claros, es impaciente e imparable. Canaliza su energía para lograr ambiciones totalmente grandilocuentes. Casi siempre duerme poco. Se siente brillante, especial, elegido, tal vez incluso destinado a cambiar el mundo. Puede ser eufórico. Se irrita con facilidad ante obstáculos insignificantes. Le gusta tomar riesgos. Derrocha en su vida personal y de negocios. Tiene un comportamiento sexual inadecuado. Algunas veces es impulsivo y sus actos pueden tener consecuencias dolorosas.”
Trump hace que los votantes blancos de la clase trabajadora, su base de apoyo, “se sientan seguros”, dijo Gartner.
Lo cierto es que con su retórica, Trump ha llegado a los primeros lugares en la intención de voto republicano. Veamos algunas de esas ideas que, a pesar del rechazo de la opinión pública, han calado en las audiencias que piensan participar en las elecciones primarias del partido Republicano.
Con Gadhafi y Sadam las cosas serían mejor
La situación sería mucho mejor si Saddam Hussein y Muammar Gaddhafi estuvieran vivos. Trump le dijo a CNN que él cree que la situación en Libia e Irak es «mucho peor» que cuando estaban los dos líderes en el poder
Él le ganaría a China
China debería trabajar en varios asuntos para poder negociar con Estados Unidos de forma más equitativa. Si resultara elegido, Trump haría que China devaluara su moneda y forzaría al gigante asiático a cambiar sus estándares ambientales y laborales.
El ahogamiento simulado «es poca cosa»
Trump cree que Estados Unidos debe utilizar métodos de tortura como el «submarino» o ahogamiento simulado (cubrir la cara de una persona con una manta y verter agua sobre su rostro) y otras modalidades en los «interrogatorios extremos» que forman parte de su lucha contra el autodenominado Estado Islámico. A su modo de ver esos métodos son «minucias» en comparación con las tácticas usadas por los militantes de EI, tales como las decapitaciones.
Es posible bombardear a EI hasta erradicarlo
Trump «bombardearía a Estado Islámico hasta hacerlo desaparecer de la faz de la tierra». Él cree que ningún otro candidato sería lo suficientemente fuerte ante el autodenominado Califato. Su estrategia sería cortar su acceso a las plantas petroleras.
El cambio climático es una mentira
El cambio climático es solo una cuestión de «el clima». Aunque el magnate cree importante mantener limpios el aire y el agua, considera que el «cambio climático» es una mentira y cree que poner restricciones ambientales para los negocios reduce la competitividad en el mercado global.
Se puede deportar a 11 millones de inmigrantes
Quiere promover una masiva deportación de por lo menos 11 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos. Su idea no solo es criticada por xenófoba, sino también por derrochadora: se calcula que hacerlo podría costar cerca de US$114.000 millones. Pero no solo es la deportación. De llegar a ser presidente, terminaría con la «ciudadanía por nacimiento», la legislación que garantiza la ciudadanía estadounidense a las personas que hayan nacido en su suelo, sin importar si son hijos de inmigrantes indocumentados.
La solución al problema de la migración es un gran muro
El aspirante a la candidatura republicana quiere construir «un gran, gran muro» entre Estados Unidos y México para mantener alejados a los inmigrantes indocumentados, así como evitar la entrada de refugiados sirios. Trump ha sugerido que los mexicanos que han llegado a EE.UU. son en su mayoría criminales. «Ellos están trayendo drogas, crimen y además, son violadores», dijo. Además cree que México debe pagar por ese muro, que según estimaciones de la BBC podría costar entre US$2.200 millones y US$13.000 millones.
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