Para obtener un nivel de satisfacción que nos haga sentir un alto grado de bienestar, lo que nosotros llamamos felicidad, debemos primero centrarnos en alcanzar nuestra paz, asegura el escritor e influencer Eduardo Alighieri.
Durante años, la felicidad ha sido una prioridad en los deseos de las personas e incluso para algunos países, tal es el caso de Bután (Reino de Bután) un pequeño país del sur de Asia que utiliza la Felicidad Nacional Bruta como un indicador de desarrollo.
La búsqueda de la felicidad se ha convertido incluso para algunos en una obsesión. Si no experimentan momentos de satisfacción constantes se sumen en una fuerte depresión que los lleva a tomar malas decisiones, porque han equivocado el camino.
El alcohol y las drogas han emergido como facilitadores de “Felicidad” y evasores de una realidad que el individuo no desea enfrentar, con las consecuencias para todos conocidas: aumento de la resistencia al consumo, fuerte depresión al finalizar el efecto de la droga, necesidad de consumo, conflictos familiares, síndrome de abstinencia si no hay consumo, entre otras.
¿Son entonces el alcohol y las drogas facilitadores de la felicidad?
No, son en realidad una ilusión. Quien busca encontrar felicidad en estas sustancias está equivocado.
La felicidad tiene como una de sus mejores aliadas a la Paz Interior, y puedes estar seguro que un consumidor habitual de alcohol y drogas, difícilmente puede obtenerla.
La paz viene del interior y se refleja en el exterior, y necesitas de la coherencia con la que asumes tu vida (actos, pensamientos, palabras y sentimientos) para conservarla.
Para obtener un nivel de satisfacción que nos haga sentir un alto grado de bienestar, lo que nosotros llamamos felicidad, debemos primero centrarnos en alcanzar nuestra paz.
¿Puede existir un país en paz si sus habitantes no la poseen?
La respuesta es No. La paz es individual; entre mayor sea el grupo de personas que están trabajando en un territorio para obtener su paz interior, mayores serán también las respuestas positivas y hechos de paz realizados por ellos, la tolerancia hacia la diferencia y la comprensión a ideas contrarias a sus intereses y pensamientos.
Perdonar es uno de los primeros pasos para caminar hacia nuestra paz, y la primera persona a quien debemos perdonar es a nosotros mismos. En ese aprendizaje de perdón reside el secreto para perdonar a otros.
Quien no ha aprendido a perdonarse a sí mismo, es incapaz de perdonar a los demás, y por ende no puede obtener paz, pues el rencor guardado hacia él mismo y hacia otros, hará mella en cualquier momento de felicidad o satisfacción, generando sentimientos negativos aún en momentos de alegría.
Para alcanzar la paz interior debemos vencer odios y rencores, aprender a perdonarnos, liberarnos de anclas y ataduras del pasado, controlar la ira y la ansiedad, aceptarnos y amarnos tal y como somos, buscar el equilibrio, entre otras.
instagram.com/eduardoalighieri
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