No sé si a ustedes les pasa, pero a veces cuando siento o intuyo algo a mí alrededor, abro internet y encuentro una frase o escucho a alguien hablar justo de eso que tengo en mente. Y a qué viene todo esto Marybel, se preguntarán ustedes. Les cuento.
Siempre he usado mi brillo al servicio de otros, creo que es un “mal” de familia. Pero en este camino he encontrado muchos sapos que, ciertamente, me han fastidiado un poco. Sin embargo, lo que quiero compartir con ustedes es la importancia de no darles demasiada relevancia, de seguir claros en nuestro objetivo, de servir pensando que es nuestro propósito, incluso, en un mundo donde la ética, lealtad, sinceridad y profesionalismo son palabras desgastadas.
Hay una fábula que encapsula perfectamente esta idea: «La Luciérnaga y el Sapo», escrita por Juan Eugenio Hartzenbusch a mediados del siglo XIX. La fábula nos sumerge en una poderosa metáfora sobre la envidia y cómo afecta nuestras interacciones.
Una ingenua luciérnaga se paseaba por el jardín. Muy cerca de ella, un sapo se moría de envidia al ver su suave brillo. En cuanto la tuvo a su alcance, la atrapó entre sus patas. Ya casi muerta de asfixia, la luciérnaga le preguntó:
¿Por qué me haces esto? ¿Qué te he hecho yo para que me trates así?
Y el sapo repuso:
¿Por qué brillas de ese modo? Eso es para mí, es la mayor ofensa.
Esta fábula nos enseña sobre la envidia y cómo puede llevar a comportamientos destructivos ¡Porque no soportan verte brillar!. El sapo, envidioso del brillo de la luciérnaga, actúa sin beneficio alguno, solo por no soportar ver a otro resplandecer.
No permitas que este sentimiento y la mediocridad de otros apaguen tu luz, incluso, si hablan a tus espaldas o quieren atacarte profesionalmente. Sigue brillando con todo tu esplendor, aunque eso incomode a aquellos que no pueden soportar ver tu éxito. Tu destello no es el problema, sino la oscuridad en la que ellos habitan. No te disminuyas para complacer a los demás, si no sé fiel a ti mismo, a tus sueños y convicciones. El mundo necesita más luces que iluminen el camino, no más sombras que lo oscurezcan.
En la Biblia, ese gran libro que siempre referimos, Mateo 5:16 (NVI) dice: «Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo».
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.