Lo aquí escrito es una llamada a cambiar de perspectiva, es solamente mi verdad, a menos que quieras hacerla parte de tu verdad.
Esta palabra no tiene muchos amigos, para mí es un tema cultural, la humildad se relaciona con pobreza y miseria.
Para mí la humildad tiene una connotación de crecimiento personal. Es poder reconocer que a lo mejor puedo ver desde una postura de aceptar que no somos perfectos.
La soberbia es el otro extremo, pensar que las cosas son así y punto.
Ambas son caras de la misma moneda, sólo que con una se vive mejor que la otra. Obviamente, es con la humildad.
Wao, es algo que a algunos nos cuesta mucho practicar, por ejemplo:
Hoy se me fue el internet y se me vinieron todos mis fracasos y le reclamé a la vida (Dios) porque se me tenía que ir algo tan importante para mí.
Me di cuenta de que también esto me enseña algo: a esto le llamo humildad.
La humildad es mala según nuestra cultura, la humildad aprendida es de la religión y ésta enseñó que pobreza es igual a humildad o que ser humilde es humillarse y arrastrarse, por lo menos en mi casa, fue así.
Pero comprendí que la humildad enseñada por Jesús es la humildad amorosa, no de pobreza y horror.
Sí, yo sigo lo que pienso que Jesús enseña.
Y pensar así, me ha permitido aprender a permitirme fracasar y permitirme ser un ser humano, no una cosa que tiene que ser perfecta.
Ni tener siempre la razón.
Me preguntarás, ¿qué es la humildad entonces?
Pienso que es aceptar que soy imperfecta y que puedo equivocarme y que puedo aprender siempre a ver las cosas que me suceden desde un espacio de responsabilidad que me permita entender lo que me muestra lo que sucede más allá de lo aparente.
Tips que ayudan a ser humilde:
1.-Somos imperfectas, si lo aceptamos, nos abrimos a las posibilidades.
¿Cuáles posibilidades? Las que nos permiten aprender cosas nuevas, nuevos comportamiento nuevas formas de ver el mundo.
2.-No siempre tenemos la razón.
3.-A lo mejor, nos sirve más entender otro punto de vista.
4.-Entender la dificultad como un desafío para bajar la cabeza y decir: no puedo con esto pensando como pienso, ¿Qué me muestra de mí lo que sucede y cómo lo trasciendo?
5.-Agradecer que la vida nos pone en nuestro sitio. A veces nos creemos más que la vida y terminamos cayendo en el victimismo porque pensamos: “Que mala es la vida”, “nosotras no logramos tal o cual…” Y resulta ser que la vida lo que nos dice es: Por ahí no tienen que ir…
Y una empeñada en que una tiene la razón y que es por ahí…
¿Te pasa?
A mí sí.
¿Quieres compartir alguna reflexión que te deje mi artículo?
Te leo.
Con amor, Mariangeles Obes.
Foto: Criativithy en Pexels
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