La envidia es una emoción desagradable, que provoca conductas molestas en las personas. Es uno de los problemas relacionados con la emoción más frecuentes y por ello también de los que más normalizados están. Conlleva anhelar lo que otra persona tiene y desear estar en la situación de otra persona.
Una de las características generales de estas personas es exteriorizar en muchos casos con la frase: «Te envidio de buena manera», esa expresión es un error, no existe la envida sana, es incoherente decir eso, porque lo que no es positivo ni constructivo no puede ser visto como algo que genera una frecuencia de buen deseo, lo correcto sería decir: Me alegro mucho de tu logro, progreso o meta alcanzada», además de decirlo, sentirlo y expresarlo, aprender siempre a exteriorizar desde la alegría y ver a los demás desde la inspiración y no desde ¿por qué no me sucede eso a mí?
La palabra envidia, proveniente de la palabra latin «invidere», qué traducido significa mirar con malos ojos a alguien. Se trata de un sentimiento común en el ser humano que de una manera u otra, y aunque lo neguemos, en algún momento todos hemos experimentado.
Por esta razón no se puede ni se debe decir te envidio de manera bonita porque es contradictorio, claramente es una marea inconsciente o conscientemente de disfrazar ese mal sentimiento.
Estas personas se caracterizan por tener una autoestima muy baja, principalmente. Les invade un miedo terrible e irracional al creer que siempre están por debajo de los demás. Suelen adoptar actitudes de sarcasmo o realizar comentarios inadecuados cuando otro individuo habla sobre sus logros lo que ha conseguido.
Se suele envidiar el éxito y el triunfo de otras personas que ya creemos que sus vidas son mejores que las nuestras, porque el objetivo de la envidia es conseguir siempre más.
Esto provoca sensaciones negativas, aunque en algunos casos la gente cree que este sentimiento puede tener un carácter positivo y no lo es. Existen una serie de factores que pueden ser el origen de la envidia: autoestima, autocrítica, comparaciones, miedos e historias de vidas insatisfactorias, carencias materiales y carencias emocionales.
La envidia te lleva a ubicarte en una esfera negativa, menos del resto de los demás, aun así tengas una vida maravillosa, que no valoras y te enceguece no ver todo lo valioso que sí llevas en ti por naturaleza propia, a través de tu propio recorrido.
Este sentimiento tan corrosivo trasfiere malas relaciones, de trabajo , familiares y relaciones amorosas, reflejando siempre que algo te falta, sin lograr llenarlo con nada ni con nadie, al punto que muchos seres con este sentimiento no logran ver su propio brillo y llevarlo con amor, ser espejo de apoyo para los demás.
Importante es conocerse a uno mismo, nuestras capacidades, limitaciones y habilidades que son las que enfocarán nuestra energía y la manera que tenemos de actuar.
Usar los logros de los demás como retos personales, como fuente de inspiración y admiración.
Recuerda, siempre es mucho mejor la ADMIRACIÓN que la envidia.
De corazón a corazón, Karina Figueroa.
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Si, la envidia es una emoción desagradable que como seres humanos alguna vez no hemos escapado de experimentarla, sin embargo en la medida que valoremos nuestro ser, valoremos nuestras bendiciones diarias, valoremos nuestra vida esa emoción no se hará presente en nuestra alma.