La morosidad de préstamos estudiantiles aumentó el año pasado, alcanzando récords consecutivos de $ 166.3 mil millones en el tercer trimestre y $ 166.4 mil millones en el cuarto. Bloomberg calculó los montos en dólares del informe trimestral sobre la deuda de los hogares del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, que incluye solo el total adeudado y el porcentaje de morosidad al menos 90 días o en mora.
Ese porcentaje ha permanecido en torno al 11 por ciento desde mediados de 2012, pero el total aumentó a un récord de $ 1.46 billones en diciembre de 2018, y la deuda impaga de los estudiantes también se elevó a la más alta de la historia.
Las moras continuaron aumentando incluso cuando la tasa de desempleo cayó por debajo del 4 por ciento, lo que sugiere que el fuerte mercado laboral de los Estados Unidos no ha generado un crecimiento salarial suficiente para ayudar a algunas personas a administrar sus obligaciones pendientes. Los niveles de ingresos para los graduados “no son necesariamente lo suficientemente altos para los pagos de la deuda en general”, dijo Ira Jersey, estratega de tasas de interés de Bloomberg Intelligence. “Si tiene la opción de pagar su préstamo estudiantil o comida y vivienda, ¿cuál elige?”
La morosidad también tiene implicaciones más amplias. Debido a que la mayoría de los préstamos son patrocinados por el gobierno, probablemente no dañarán a la economía como lo hizo la deuda hipotecaria en 2007, dijo Jersey. “Pero de manera incremental, significa mayores déficits federales si los préstamos no se pagan”.
El total de los atrasos es aproximadamente el doble de la cantidad proporcionada por el Tesoro de los Estados Unidos para rescatar a la industria automotriz durante la última recesión. Los préstamos con al menos 90 días de vencimiento se consideran en “morosidad grave”. El grupo de edad en transición a esta categoría al ritmo más rápido es de 40 a 49 años; eso se debe en parte a que los padres piden préstamos para pagar los gastos de sus hijos.
El costo de la educación superior casi se ha duplicado en los últimos 20 años, y el Banco de la Reserva Federal de St. Louis publicó recientemente una entrada de blog en la que se leía “¿Vale la pena la universidad?” La respuesta no fue un sí definitivo. Una de las conclusiones: “En términos de acumulación de riqueza, la universidad no está dando sus frutos por los graduados universitarios recientes en promedio, al menos, todavía no”.
Algunas escuelas han tomado nota, proporcionando más apoyo. El porcentaje de aumento en la matrícula en Cornell para el año académico 2019-2020 “es el más bajo en décadas, y estamos presupuestando un aumento significativo en la ayuda financiera”, dijo la universidad el 11 de febrero. Y 2019-2020 será el séptimo año consecutivo en que la Universidad de Purdue no ha aumentado las tarifas de alojamiento y comida. Sin embargo, la matrícula y las tarifas estatales en instituciones públicas de cuatro años aumentaron a una tasa promedio de 3.1 por ciento anual más allá de la inflación en la última década, según el College Board.
FUENTE: Bloomberg
