La belleza en retrospectiva

No necesariamente para ser bella hay que ver estrellas. Basta con conseguir un buen equilibrio y comenzar a hacer lo que queremos llegar a ser

Cuando me invitaron a formar parte de este magazine digital, quise compartir con ustedes mis motivaciones, mis inquietudes y mis logros sobre un tema que me apasiona:

Salud, belleza y bienestar

Tal vez suena muy general pero creo firmemente que si las mujeres  tienen satisfecho estos tres aspectos, consiguen una estabilidad emocional, son más felices y, por consiguiente, la familia, la sociedad y el mundo será más feliz.

Les quiero contar un poco sobre mí.  Soy venezolana, estudié Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela, trabajé como profesora de Relaciones Publicas en la Universidad y formé parte del panel de entrevistadoras en un programa diario de la televisora Nacional Canal Cinco. También me desempeñé como editora de una revista técnica en la industria petrolera venezolana y fue allí donde conocí al que es hoy mi esposo.

Después de que me casé y nacieron mis hijas, me dediqué a mi hogar. Es esa etapa la que me hizo graduar en la Universidad de la vida con el título de esposa y madre. En esos años aprendí la profesión a la que le he dedicado el mayor tiempo de mi vida. Fueron noches sin dormir, días enteros en los que tenía que dividirme entre las actividades de los colegios y las extracurriculares.

La mayoría de ustedes saben que para nosotras las madres no hay vacaciones, no hay pagos extras ni planes de retiro. En esa época trabajé como voluntaria en una fundación para ayudar a niños abandonados así que mis horas en el día estaban ocupadas. Me sentía feliz, útil, necesitada. Mi vida era completa!

Hace dieciséis años nuestra historia cambió.  Se inicia en mi país un proceso de deterioro en muchos niveles pero gracias a la visión de mi esposo  decidimos mudarnos a los Estados Unidos. Llegamos a Boston por un año y después nos mudamos a Houston y allí permanecimos cuatro años. Ahora ya tenemos casi once en Miami.

Mi mayor esfuerzo fue el de mantener la estabilidad de mi familia, ayudarla a adaptarse a los nuevos cambios. Mis hijas eran las más afectadas porque no fue solo una mudanza sino tres. Me empeñé en que se adaptaran a sus nuevos colegios, al idioma, a las costumbres pero siempre fui muy estricta en que en casa se hablara en español solamente. Hoy día digo con orgullo que ninguna de mis hijas perdió su idioma materno y es más, ellas hablan español también entre ellas!

Consultora de salud

Cuando la menor de mis hijas terminó el bachillerato y se fue a la Universidad, sentí que tenía que buscar alguna actividad porque mis días como mamá a tiempo completo se estaban acabando y quería dedicarme de nuevo a alguna actividad profesional.  Estaba aterrada de experimentar el síndrome del nido vacío y empecé a investigar sobre  eventos, cursos o cualquier actividad donde me pudiese  involucrar para distraerme y al mismo tiempo que me produjera una remuneración económica.

Esa situación en la que me encontraba era como esa pesadilla que quieres desaparecer de tu vida, esa frustración que te remueve las entrañas. Eso es lo que me ayudó a definir mi visión. A veces las situaciones no muy agradables son muy necesarias para abrirnos los ojos y entender nuestras carencias y buscar soluciones.

Tener una visión clara es como tener una brújula que siempre te indica el Norte y si llegas a tomar una decisión no acertada y te desvías del sendero, tu visión te ayuda a volver al camino.  No hay que estresarse buscando grandes soluciones inmediatas. Pequeños cambios diarios nos ayudan a conseguir un propósito en la vida. Hay que mantener convicción, mente positiva y diseñar nuestra vida.

Tienes que ser muy firme con tus prioridades, enfócate en un tema que te apasione. De nada sirve dedicarte a una actividad solo porque eres buena en ella o porque te han dicho que lo haces bien y al final del día estás amargada. Siempre tuve gran interés por la nutrición y la salud.  Desde muy joven leía los libros que hablaban sobre el tema y como sabia un poquito más que mis amigos y familia, me convertí en la “consultora de salud”  porque me la pasaba dando tips de cómo mejorar la salud, y secretos sobre el cuidado de la piel y como mantenerse y lucir joven.

Latinas y el cuidado de la piel

Hoy día estoy involucrada con una Compañía de belleza que ofrece productos botánicos para el cuidado de la piel y también educan a los consumidores para que adopten un estilo de vida más saludable. Todos debemos estar conscientes de que la belleza viene de adentro hacia afuera.

Hace poco también tome la decisión de inscribirme en el Instituto de Nutrición Integral para obtener un certificado de Coach de Salud. Ese ha sido otro de mis logros, otro sueño cumplido. Nosotras las mujeres debemos tener el control de nuestra salud, debemos ser un ejemplo para nuestros hijos. En la calle hay tanta información acerca de dietas pero también hay mucha desinformación sobre ellas. Lo que es bueno para mí no necesariamente lo es para ti. Hay que escuchar las señales de nuestro cuerpo. Una llenura, un dolor de cabeza, una alergia, una condición de la piel. Cualquier síntoma es una señal que el cuerpo nos está tratando de decir que lo ayudemos.

Cuando estamos sanos, esa energía positiva comienza a aflorar y nos vemos radiantes. De nada sirve llenarte de cremas costosas si tu piel está siendo agredida por el estrés, la mala circulación, falta de ejercicios, la inflamación interna y el insomnio. No hay que cambiar drásticamente nuestro estilo de vida. Podemos empezar poco a poco. Lo importante es empezar.

Si quieres que tu realidad cambie, comparte tu visión y que todos se enteren de tu pasión y entusiasmo. El mundo se aparta para dar paso a todos aquéllos que saben exactamente hacia dónde quieren ir.

Nosotras las latinas estamos demostrando a este gran país que nos acogió que sabemos aprovechar la gran oportunidad que nos brindan pero también el país se ha dado cuenta que nuestro aporte a esta sociedad es sumamente importante. Entre las mujeres latinas se están formando líderes para asumir los retos que impone una sociedad multicultural, con una visión más humana. La mujer latina es emprendedora, con sentido de comunidad y bienestar. Entiende diferentes culturas, maneja varios idiomas. Tiene un gran sentido de la solidaridad y es muy flexible ante situaciones  imprevistas. Es muy creativa y con un gran sentido de superación.

El porcentaje de mujeres que emprenden un negocio es el doble que el de los hombres. ¿Por qué? Porque estamos buscando una oportunidad de ser reconocidas y apreciadas. Queremos un sentido de pertenencia, ser valorizadas y que nos escuchen. Queremos trabajar con un equipo que demuestre afecto que escuche y responda a nuestros sueños y necesidades.

Los latinos somos la nueva realidad en los Estados Unidos y formamos la segunda fuerza económica del país. He descubierto que la razón por la que me involucré en esta actividad de salud, belleza y bienestar no es solo para mantenerme ocupada. Es ocuparme en algo que me apasiona, conseguir el propósito de mi vida, es levantarme en la mañana con unas ganas de empezar el día, es dar gracias por lo que he tenido y lo que tengo.

Mi gran propósito es el de compartir con tantas mujeres que como yo sentimos que ya no somos tan útiles para nuestra familia como cuando los niños estaban pequeños. Somos mujeres que queremos un reconocimiento por una actividad diferente a la de ser madre a tiempo completo.

Cada quien tiene un modelo de éxito. No a todos les llega por igual. No traten de copiar el éxito de los amigos, de los padres o de cualquier otra persona. Busquen el de ustedes. Diseñen su visión y escojan su vehículo porque para todos existe uno.

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