La Atracción y la Empatía: Una es parte de la otra | La Nota Latina

La Atracción y la Empatía: Una es parte de la otra

Hay que recordar  cada día más  que la verdadera belleza es la actitud y que una persona es increíblemente preciosa cuando es auténtica.

Cuando una persona es capaz de captar  el mundo desde el punto  de vista sensitivo de sus semejantes   y tiene la capacidad de oírlos  y de comprender tanto  sus sentimientos como cada una de sus acciones podemos decir que esa es una persona que tiene empatía.   Un valor  que muchos  psicólogos aprovechan para acercarse de manera efectiva  a sus pacientes.  Por otro lado, tenemos   el  interés  físico de  una  persona por otra, de generar actitudes positivas hacia esa   persona, algo selectivo por  un individuo concreto, específico, a eso se le llama atracción.  La empatía aumenta la atracción, las dos envuelven la existencia de intereses comunes, gustos similares, convertirse en otra persona, ponerse en el lugar de ella y responder adecuadamente a sus necesidades. Las dos pueden  manifestarse en cualquier momento.

La atracción

Una mañana salí a buscar trabajo como secretaria  y llegué hasta una agencia ubicada en el down town.  Cuando entro   a la agencia encuentro que allí solo hay hombres buscando empleo. Pensé que me había equivocado de lugar, pero nada… Me dirijo al recepcionista y le pregunto que cómo funciona esa agencia para conseguir trabajo. El señor muy amable me contesta textualmente “llenas la aplicación, pagas 100.00 dólares y si le gustas al jefe  obtienes el puesto”. Me pareció  rara esa aclaración y  entonces   le  pregunté:  ¿Y si no le gusto al jefe qué pasa con mi dinero?   A  lo que él  contestó: “El  dinero  te  será devuelto en diez días”.   Imagínese  cual fue mi decisión sobre el caso en particular. Lo que quiero destacar en esta parte es el enfoque del significado del papel que juega  la atracción  física en la vida de los seres humanos, la parte del aspecto físico.  Por   eso es que tenemos que ser muy cuidadosos con la apariencia personal por aquello de que “no hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión”.

Muchas veces no le damos importancia y es algo que está presente en  todas  las circunstancias de la vida cotidiana, en cualquier parte y a cualquier nivel o estrato social no importa que la persona sea introvertida o extrovertida, sencilla o exótica.  La atracción existe, es algo que sentimos y  generamos  también   sin estar pensando en ello.  En muchas ocasiones  resultamos atractivos  a otras personas y no lo sabemos o no es  importante que nos enteremos.  Puede ser que sea provocada pero la mayoría de las veces  surge de manera espontánea, de   forma natural  y  tampoco  tiene que ser con alguien cerca de uno ni con alguien lleno de belleza. Las expresiones: “me gustas, me caes bien, me agradas, me atraes, me simpatizas, tenemos afinidad, hay algo como imán entre nosotros”, todas esas son señales, vocablos de atracción.

Hay que recordar  cada día más  que la verdadera belleza es la actitud y que una persona es increíblemente preciosa cuando es auténtica.  Cuando una persona nos resulta atractiva eso envuelve   muchos significados porque a  la vez surge un sentimiento  de  afinidad, buenos deseos, de proteger al individuo elegido de manera espontánea, de manera tan   normal y no  por  eso  está relacionado  con un modelo específico de belleza. Ocurre sin importar cuál sea nuestro estilo personal.  Por algo dicen que hasta  los polos opuestos se atraen.  Existe la atracción  sentimental, física, sexual, estética, romántica, intelectual, sensorial ,  social, etc., y  todos   la hemos sentido  en algún momento y    de distintas maneras.    La atracción en sí es una fuerza emocional y mental que envuelve a dos personas    de manera recíproca en mayor o menor grado  para cada una.   De ahí que en un concurso, competencia, torneo, certamen o una prueba   de cualquier índole que sea el ganador no  obligatoriamente  tiene que ser el mejor pero sí es el que más gusta, el más popular, el o la   que le arrebata el corazón a los espectadores  de tal manera que todos coinciden  en que se declarare  a esa persona  como ganadora.

La  atracción  y la empatía  son   dos componentes de las relaciones personales que  guardan íntima relación entre ellos.

La Empatía

Es tener gustos similares, intereses comunes, convertirse en la  otra   persona y responder adecuadamente a sus necesidades. Una persona que  se gana el  corazón de los demás  con   una identificación mental y afectiva con esos individuos. No se necesita ser perfecto pero si efectivo. La empatía lo es todo. Caerle bien a otra persona, aproximarse a ella, conectarse, eso es un regalo, no todo el mundo tiene ese sentimiento de demostrar un interés genuino en otra persona.

El cerebro activa estrategias de recompensas positivas cuando entre dos personas empatizan sus sentimientos. Es a través de ella que las personas son capaces de identificar mutuamente sus emociones. Los beneficios de una actitud empática son la mejora de las relaciones interpersonales.  La empatía aumenta también  la atracción.  Cuando sentimos ese algo especial por el otro nos entregamos a ese sentimiento, nos dejamos llevar por esa magia, ese deseo o voluntad  de  querer  compartir,  intercambiar, dar, proteger, resolver la vida del otro.  Hacer todo lo humanamente posible por  ese ser humano que tanto  nos importa.   Una persona se  pone en  el lugar del otro, se pone en los zapatos del otro y siempre está dispuesta a ser parte de la conexión. Es   contraria  a la simpatía que es pasajera.

La simpatía es como si invitaran a  alguien  a  comerse un sandwich y se lo comieran en su presencia  antes  de que la persona lo reciba. La  empatía es una capacidad que se aprende. Nadie nace sabiendo hacerlo, a medida que nos relacionamos con las personas se va construyendo y mejorando. Para tener una imagen visual de los que es empatía   piense en una escena donde alguien está llorando y otra persona se conmueve,  se le acerca y la abraza ofreciéndole su hombre para que  él apoye su cabeza. Ese es el ejemplo perfecto de empatía  pues el otro se siente  afectado con la situación que  ve y   está entendiendo sus sentimientos y los hace suyos.  Muchas cosas pudieran  entenderse  y resolverse  mejor si  cada día aparecieran en el mundo  más personas empáticas. La empatía envuelve afectos  que se traducen en amor, amistad, sinceridad,  comprensión, paz. Una persona empática se puede encontrar en cualquier lugar y a cualquier hora, en la situación menos esperada. La historia de la humanidad   está lleno de seres humanos que  pasaron  a mejor vida y dejaron sus huellas de empatía marcadas para siempre, generación tras generación, siendo ejemplos a imitar.  En nuestra realidad presente   conocemos muchas personas  modelos de empatía. Se   puede afirmar con orgullo que hay muchos  hombres y mujeres  entre nosotros, dentro de nuestro círculo familiar,  amistoso, laboral, intelectual  y social que son  fieles   ejemplos,    reales,  de empatía. Muchas cosas dejarían de tener sentido si no existiera  esta virtud   tan incomparable.  Hay que  socializar  y sociabilizar cada día más con nuestros semejantes para conocer distintas  situaciones y ver  nuevas acciones  a cada momento  e iniciar la  carrera que lleve a la meta  de  formarnos  y  alcanzar ese  mérito  tan importante para la sobrevivencia humana, la empatía.

Gloria Cooper
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