El otro día, leí una interesante entrevista de nuestro querido teólogo Francisco José García Carbonell al escritor y crítico literario Manuel Moyano, en torno a su más reciente obra, La versión de Judas. Según el entrevistador, la obra está compuesta por relatos que atrapan al lector de tal manera que será difícil despegarse de sus páginas. Como él mismo advierte con humor: «El que avisa no es traidor».
Recomiendo ampliamente esta obra, no solo por su calidad literaria, sino porque la entrevista derivó hacia un tema fascinante: la traición. Moyano nos presenta historias donde la confianza se socava de manera sutil, afectando no solo a personas cercanas, sino también a uno mismo o a causas que importan. La deslealtad en sus múltiples formas es un eje recurrente en los relatos.
Lo interesante de la obra es cómo se explora la figura del traidor, no solo como villano, sino también como alguien que puede ser percibido como héroe, dependiendo del punto de vista. La traición se revela como una acción ambigua, motivada tanto por debilidades humanas como por fortalezas que llevan al individuo a romper lazos afectivos en busca de algo más allá de lo conocido.
En un mundo cada vez más globalizado, donde la confianza se extiende más allá de nuestro entorno inmediato, la traición cobra nuevas formas y plantea preguntas sobre los complejos vínculos sociales y las crecientes susceptibilidades de una sociedad polarizada.
Pueden leer en La Nota Latina/La Nota-Latina.com
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