De todas las wonder of el mundo, los misterios visibles, y la preguntas de relajo que nos hacemos cuando comemos bacalao con arroz blanco los sábados, existe una pregunta latente vive en mí. Se supone que para ser no tan joven la respuestas deben llegar (súper flash, like the commercials). Pero, qué fatalidad, lo único que pasan por mi mente son reflejos de los pasajeros que eran visitantes fijos y ahora se fueron a dormir. De esos que leían montones de libros, los que dominaban la profession de escoger de un hilo la palabra y coserla en los pañuelos. What happens cuando no están aquí. Donde guardan sus libros. Sus recuerdos de la niñez. Sus secretos de la vida joven. De las tantas veces que escupió el cielo a sus pies. Qué pasa con la biblioteca de la tierra ¿también tienen espacio para colgarle poemas en el fuego del horizonte aunque aún no tuvieron tiempo de ponerle un nombre?
Si el tiempo me diera a chance, lo abrazaría de nuevo. Pero vale más intentar, que quedarse a dormir despierto. Si el tiempo se hiciera mi pana y no andará corriendo le diría que los devolvieran, a todos los poetas que no eran poetas con títulos, los que vivían del sonido de la gente. De los que bailan el merengue con los puños apretados porque el corazón se les crecía tanto. A mi abuelo, a mi tío, a los que tanto extraño. También al poeta que se volvió aire, que pasó por aquí dándole sentido a mi locura de escribirle a la nostalgia, a las distancias, al rice and beans y a los dominican yorks.
Respuestas fugaces
Hoy, respuesta fugaces, están enseñándome la llaves del apartamento donde se mudó el poeta que se volvió aire. Sin dirección alguna me dicen que estará bien. Flash, flash. Rápidas. No muy claras respuesta que me invento para que la realidad se pueda tomar más fácil (como un jugo de morir soñando). Muy cortas para delatar lo quiero saber, tampoco son las que quiero oír.
¿No es que la vida es así? Full of contradictions. Llenas de preguntas. Llenas de silencios. Así, con el dolor precioso, queda el olor en el highway que estuvo aquí el sol y también que todavía habrá more questions.
Así, también, quedan the streets cuando un poeta toma un taxi, solo, sin regreso y se va a caminar con sus poemas. Pero… todavía queda pendiente; que le pasa a los poemas que se tenían en mente; los que llegaron a ser una idea y no vieron la luz. ¿Cómo se funde en el tiempo en un arroz con leche para olvidar que el (the time) a veces no es amigo de nadie y se lleva los poetas a pasear?
Anoche tuve una visión clara. No se puede llegar a ser más de lo que los pies dictan. Los zapatos aprietan tal vez porque también quieren sus propias vidas, no la que elegíamos por ellos. ¿Será por eso que no pude dormir?
Saturday por la mañanita, por rutina bañé en el fregadero a las plantas. El sol se despojó de su ropa. Me dio una lección vital. Las preguntas bailan en sus rincones con el polvo reciente. Pero… que va. Sé que en un camino al otoño, a poet, toma un taxi con un jacket negro. Las metáforas le cobren la cabeza. The rain se deslumbra en sus espacios.
Quiero alcanzar el tiempo, aunque no sea el mismo sábado y ya estamos lejos para comer en el comedor entres mis hermanas, el perrito y los viejos. Quiero agradecerle por las simetrías de la calle- porque estas centran mi cabeza a lo que es importante, aunque no estén aquí él y ellos, los poetas de estrellas cercanas y carruseles de viento. El tiempo me recuerdan que la vida está llena de días infinitos, y los que quedamos, estamos aquí para vivirlos.
Dedicado a José de la Rosa (poeta dominicano)
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