Somos parte del infinito viviendo temporalmente el finito. Cada día puede ser una sorpresa, siempre que lo queramos. Podemos tocar el derrotero de estrellas que nos mueven internamente. No hay nada del universo que no esté en cada poro de nuestro propio universo. En cada uno también se aloja nuestra cultura como vértebra sabia. Ésta nos ha enseñado que «El Espíritu flota sobre las aguas», «Sopla donde quiere», … Es como un viento de otro mundo. Este poema de nombre “Intervalos” expresa un día de dos construyendo un fractal.
Intervalos
I
Lo que más celebro a tu lado,
en tu cara-espejo, mis ojos parecen lúcidos,
ya no me importa si es verdad para otros.
Desordeno mis líneas para aprender tu cadencia
tanto mecanismo que borrar
Jugar a las cartas con mi orden
me ha traído sorpresa.
II
Sacudo el maletín para ver si sale algo
que no se lo haya tragado el inodoro del olvido
(Nicanor Parra me apuntala)
mi embrollo se aclara
es como si juntos a cuatro manos
convocáramos fábulas.
Tantas intensidades y días
que han perdido su completa nada.
Lo que brilla es todo lo que hay.
Desde cada punto brillante
late luz, latido tras latido,
emerge de la oscuridad voraz.
Ninguno piensa en los malos
cuando tomamos agua,
clausura habría en nuestra mente.
Hay que dejarlos pasar
con sus zancadas con botas largas
para que desaparezcan en la otra orilla
dejando acá el abrigo de piel de oveja.
Nosotros seguimos hacia donde
resplandece el agua.
III
Después de unas horas pudimos pararnos
este día agosto, fino aire,
Se ve el borde de la luna como ocurrencia del cielo
Un conejo pasa indolente,
pues nos percibe ausentes,
flotamos cortejándonos.
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Hermosa poesia, «dosificada» en tres partes una mas sorprendente que las otras, felicitaciones!!!