Aquel día el cielo de Miami parecía más azul que nunca. Gina estaba radiante. Había llegado la hora de estrenar su nuevo carro: un Tesla blanco, brillante, silencioso y elegante como una gaviota deslizándose sobre el mar.
No sé si Gina le dio “una vuelta” a todas sus amigas —porque tiene muchas— pero lo que sí puedo asegurarte es que Grey y esta servidora fuimos parte de ese momento especial. Subimos al carro como niñas emocionadas, con el corazón ligero y la sonrisa a tope. Recorrimos el Downtown de Miami, entre rascacielos y semáforos, tarareando a todo pulmón canciones de Kany García. Gina nos explicaba, con la emoción de una “chamita” en Navidad, cada uno de los “periquitos tecnológicos” de su espectacular juguete.
Era su primera experiencia con un carro eléctrico. Lo eligió por practicidad, porque su querida Land Rover ya había cumplido su ciclo. No lo compró para alardear ni agradar a nadie. Lo hizo porque le gustó. Porque podía. Porque trabajó duro para lograrlo. Porque, como muchos de nosotros, sueña con tener comodidad sin culpa.
Y, sin embargo, estos días he leído titulares tristes: concesionarios de Tesla vandalizados, autos destrozados en las calles, y un clima de odio que se propaga como fuego. Elon Musk ha denunciado que detrás de estos ataques hay grupos extremistas de izquierda, molestos por sus denuncias contra prácticas corruptas dentro del gobierno, especialmente relacionadas con su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Política aparte, me pregunto: ¿Qué culpa tiene Gina? ¿O los millones de personas como ella que solo compraron un carro? ¿Qué clase de justicia social es esa que destruye sueños ajenos, empleos honestos y logros personales solo por llevar un logo distinto?
Gina no representa una ideología. Representa el esfuerzo. El sacrificio. La recompensa merecida. Simboliza a todas esas mujeres incansables —como Grey, como yo, como tantas— que madrugan, trabajan, cuidan, sirven, producen… y que un día deciden regalarse algo bonito.
Por eso me duele este ambiente de odio. Porque toca de cerca. Porque ya no se trata de autos, se trata de personas. De esas que quizás tú también conoces: trabajadores de concesionarios, ingenieros, diseñadores, madres que ahorraron durante años para comprarse su primer auto nuevo… ¿hasta cuándo vamos a señalar al otro por lo que tiene o no tiene?
La Biblia nos lo recuerda con una claridad que abraza: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. Mateo 5:9
Y yo lo interpreto así: bendito sea el que no destruye, el que no envidia, el que no señala con rabia. Bendito el que respeta las decisiones del otro, aunque no las comparta. Porque la paz no se impone, se siembra. Y solo los que siembran paz podrán cosechar futuro.
Hoy recuerdo ese paseo en el Tesla de Gina con Grey como algo más que un recorrido por la ciudad. Fue un viaje de amistad, de alegría, de celebración. Y nadie debería sentirse mal por disfrutar lo que con esfuerzo ha logrado.
Así que, si alguna vez ves un Tesla por la calle, no lo mires con rabia. Míralo con respeto. Porque dentro puede ir alguien como Gina. O como tú. O como yo.
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
💛 Periodista | Escritora | Editora | Impulsora de Sueños
Soy Marybel Torres, periodista nacida en la Isla de Margarita, Venezuela. Me gradué en la Universidad Central de Venezuela y recibí el Premio Nacional de Periodismo por mi labor en la revista Ínsula. Mi experiencia abarca medios audiovisuales, corporativos, impresos y digitales, siempre con la pasión de contar historias que inspiran.
Soy autora de seis libros, incluyendo El Rostro Detrás de la Marca, donde 19 mujeres comparten su camino emprendedor. En 2008, fundé la revista digital La Nota Latina, y en 2020, mi editorial, La Nota Latina, para transformar ideas en libros y dar voz a quienes desean dejar huella.
En 2013, creé el concurso "Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina", impulsando el talento hispano en la escritura. En 2019, cofundé M10org, un networking enfocado en liderazgo y sostenibilidad.
Mi trayectoria ha sido reconocida con premios como Mujer Inspiración de Univisión Contigo y Mujer Legendaria Ford, entre otros. Mi misión es conectar historias, elevar voces y seguir apostando por la creatividad y el talento de nuestra comunidad.
📖 Mi propósito: Hacer de cada historia una joya literaria.
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