En mis recuerdos, el nombre de Vatel está inexorablemente ligado a la marca comercial de un aceite. Sin embargo, muchos no conocen la interesante historia que está detrás de este personaje que ha inspirado libros y películas.
Quizás este pequeño escrito les pueda dar algunos datos para que ahonden más en la historia que, por casualidad, me llegó sin buscarlo y mientras más investigo, más me interesa. Resulta que Francois Vatel nació en Suiza y no en Francia en 1625, aunque los historiadores todavía no se ponen de acuerdo. Fue un destacado chef y su renombre terminó de marcarse cuando se suicidó en la mañana del 24 de abril de 1671 en Chantilly, Francia. Les cuento los detalles de tan infausto destino.
Vatel: su historia
Se dice que comenzó en las artes culinarias como aprendiz de pastelero. Trabajó para Nicolás Fouquet en el castillo de Fouquet Vaux-le-Vicomte. Fouquet fue Superintendente de Finanzas en Francia desde 1653 hasta 1661 en el reinado de Luis XIV. Adquirió una enorme riqueza y esa fortuna, como era de esperarse, la destinó a darse una vida de rey, pero como sólo había un rey, fue acusado de peculado y terminó sus días en la cárcel, no por justicia, sino por celos del propio Luis XVI.
En la época de los grandes banquetes de la Francia del siglo XV había una especie de competencia entre los nobles para ver quién hacía la fiesta más opulenta. Nadie podía superar al rey y quien lo hiciera se podía meter en tremendo vaporón y hasta llegar a la guillotina. De esta forma, Luis XIV, celoso de la exhibición de opulencia de Fouquet, mandó a encarcelar a su ministro o superintendente, como se le llamaba en aquel entonces. Y ustedes se preguntaran, ¿qué tiene que ver Vatel con esto?
El realizador de estos maravillosos banquetes era el propio Francoise Vatel. No sólo se encargaba de la presentación de la comida, sino que además debía idear formas pomposas y súper originales para que los reyes se pudieran lucir con sus invitados.
A principios de abril de 1671, el rey Luis XIV anunció que haría una fiestecita de 2000 invitados para agasajar al Príncipe de Condé. En las cortes de aquella época, al igual que los templetes de ésta, todos los nobles “de pelo y uñas” de Francia debían asistir.
Vatel y el Príncipe de Condé disponían de tan solo quince días para armar el show para la visita del monarca. Con tamaño trabajón, Vatel apenas había dormido en más de una semana, por eso le sobrevino un gran estrés que lo llevó a una decisión extrema.
Empeñado en hacer un evento del que todo el mundo hablara, al final de la historia lo consiguió. Por una cantidad de cosillas que no salieron del todo bien, incluidos fuegos artificiales, el chef entró en crisis nerviosa cuando se enteró que un pescado que había encargado posiblemente no llegaría, así agarró su espada y se quitó la vida. Irónicamente, minutos después de morir, el pescado llegó y cuando sus asistentes salieron a buscar a Vatel, el fulano había muerto desangrado. El banquete fue un total éxito y el pobre hombre pasó a ser leyenda.
En el año 2000, el realizador cinematográfico Roland Joffé produjo una película llamada «Vatel», en la que el chef era interpretado por Gérard Depardieu, una cinta que a mi manera de ver recreó muy bien los últimos momentos de este señor que llevó al extremo la creación culinaria, o más bien, la insensatez culinaria.
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