Contra todo pronóstico, incluyendo la pandemia el famoso e internacionalisimo festival de Cine de san Sebastián, ZINEMALDIA, que este año llega a su 68 edición sube el telón 18 y 26 de septiembre,sin alfombra roja, pero con mucho “glamour” español.
“Alguna estrella puede alegrar los ojillos de los fans”, anticipaba el director del festival de Cine de san Sebastián, ZINEMALDIA, que este año, como tantos otros eventos, sigue adelante aunque con condiciones especiales debido a la pandemia de la COVID 19.
Una promesa que se espera con ansiedad pese a saber que en esta 68 edición la alfombra roja deberá ser sin público. La promesa del director del Festival, José Luis Rebordinos, de que habría bastante “glamour” español se ratifica con la asistencia confirmada de Alejandro Sanz a la gala benéfica para presentar el drama romántico «El verano que vivimos» de Carlos Sedes, film que incluye la primera composición del cantante español afincado en Miami para el cine.
Entre el 18 y 26 de septiembre se aseguran “agradables experiencias cinematográficas” y se confía en que la pandemia no impida la llegada de estrellas a la ciudad. Con la certeza de que hay que conseguir que la experiencia de 2020 sea segura aunque , quizá, sea menos cómoda, la organización del festival de cine y el departamento de salud del Gobierno Vasco han acordado medidas como la reducción de aforos, proyecciones y películas.
Edición distinta
Será una edición radicalmente distinta a las anteriores. Una edición en la que la alfombra roja no se colapsará con cinéfilos aguardando la entrada o salida de las estrellas del Hotel María Cristina, en el que tradicionalmente se alojan.
El nombre del Festival y el Hotel María Cristina, que celebra su 108 aniversario, están inevitablemente unidos por el cine. El hotel, que forma parte de la ciudad en la que se integra a la perfección, es una de las localizaciones principales de la película ” Rifkins Festival” de Woody Allen, cuya presencia ha sido repudiada por algunos colectivos que critican que el film del cineasta norteamericano se utilice para promocionar la bellísima ciudad.
El hotel, volcado históricamente con el Festival, rinde homenaje a Woody Allen y a la mítica Bette Davis con unos postres y un cóctel elaborados específicamente para la ocasión.
Otra de las estrellas que llega a esta edición es Vigo Mortenssen , quien presenta la película “Faling” y que será galardonado con el Premio Donostia en reconocimiento a su carrera y aportación a la historia del cine.
Creado en 1986,el primero de estos premios lo recibió Gregory Peck, después lo obtuvieron Glenn Ford, Vittorio Gasman, Bette Davis- que se alojó en el hotel María Cristina, que mantiene su nombre en la suite que ocupó- , Lauren Bacall, Al Pacinoy tantos otros. Los últimos reconocimientos, los de la edición pasada, recayeron en Penélope Cruz, Costa-Gavras y Donald Sutherland.
La edición que nos ocupa hoy será clausurada por el director Fernando Trueba con la película “El olvido que queremos/Forgotten We’ll Be”.
Presentadores, actores, bailarines y directores de las galas serán vestidos 21 firmas de moda vasca, seleccionadas tras una convocatoria pública a la que se adhirieron 35 firmas guipuzcoanas, vizcaínas y navarras, y una preselección de las propuestas presentadas por parte de los estilistas del Festival de Cine. La imprescindible sostenibilidad se abre hueco en el festival a través de la recuperación de la Alfombra Roja que será cedida, en su mayor parte, a la Escuela de Innovación Profesional que impulsa el proyecto “’Upcycling” para recuperar ropa usada y que la pandemia prácticamente había paralizado. Con esa alfombra legendaria, los alumnos del centro diseñarán una colección de ropa destinada al desfile de Moda Sostenible que se celebra en el Palacio Miramar. La otra parte de la alfombra se cederá a la Fundación EMAUS que se encargarán de la elaboración de bolsos y carteras con el textil recuperado.
Con esa imagen fui creciendo y, en la medida de mis posibilidades, descubriendo esos otros mundos relativamente cercanos. Así confirmé que estaba en lo cierto, que somos iguales y somos distintos. Que nos unen costumbres y nos separan hábitos. Que usamos los mismos condimentos y dan lugar a diferentes comidas.
Y seguí creciendo, al menos en edad. Las posibilidades para disfrutar de viajes y gastronomíahan sido desiguales en función de cada etapa vital, pero he aprovechado cada una de ellas. Y lo sigo haciendo sin dejar de ser periodista en la radio, profesión con la que también soñaba y que se ha convertido en mi sustento económico.
Lamento que por largos que sean mis pasos y larga mi vida, nunca habrá tiempo suficiente para conocer todas las maravillas que esconde nuestro mundo. Pero lo realmente terrorífico es que no sepamos conservarlas. Aprieto mi paso, planifico nuevos destinos y sigo en ello. Me queda mucho por conocer dentro y fuera de España, donde vivo. Me queda mucho por viajar, mucho por leer, mucho por vivir. Y ójala pueda hacerlo junto a mi familia, a la que quiero por encima de todo.
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