Para las personas exitosas, es muy fácil perder el piso. ¡Puede sucedernos a todos! Prepárate para que no te pase a ti, cuando el éxito llega para muchos no es facial administrar y pierden la nobleza, la sencillez y la humildad, ¿cuántos de ustedes se ha encontrado con amigos, conocidos y hasta familiares que al encontrar el éxito en su área profesional, económica, ya no ves a ese ser que siempre fue sencillo y accesible, ustedes preguntaran por qué sucede, que les ocurrió?
Primeramente como humanos es importante aprender alegrarse con el éxito, el logro, y avance de las otras personas, que se convierta en un motor de inspiración para ti.
El ego es una palabra latina que quiere decir “Yo”. Todas las personas tenemos un ego que puede estar saludable o puede estar muy inflado.
En un mundo ultra competitivo que se alimenta del éxito y que todo se expone en las redes sociales, el auténtico reto es la discreción, dedicar menos tiempo a hablar de nuestros logros y virtudes y más a realizar aquello que nos enriquece como personas.
Cuando minimizamos el ego, nos queda lo que es real en nosotros. Lo que reemplaza al ego es la humildad, sí, pero una humildad con base firmes y una gran seguridad en nosotros mismos, que está rodeada de la guía del corazón.
El ego es artificial, esta clase de seguridad puede aguantar mucho peso. El ego es robado; la seguridad en uno mismo, es algo que se gana. El ego es algo que se autoproclama, su pavoneo es artificial. Tu humildad viene del corazón, no reprime tu calidad humana; ¡el ego enloquece!, es la diferencia entre algo poderoso y algo venenoso.
Frecuentemente, escuchas que el triunfador tiene el derecho de sentirse orgulloso de sus logros. Ciertamente, es bueno tener un sentido de satisfacción sobre nosotros mismos. Reconocer tus talentos, tus fortalezas y tus victorias, de una forma sana, puede ser algo muy positivo.
Sin embargo, el problema comienza cuando llego a creer que soy más importante que los demás.
Cuando un líder es incapaz de mantener su ego aterrizado, esto le hace daño a él mismo y también a las personas que trabajan con él:
- Su capacidad de empatía cero.
- Las personas le temen.
- Un ambiente pesado.
- Le obedecen, pero no inspira a nadie.
- Es contagioso: sus colaboradores muy cercanos también se sienten “especiales”.
- La comunicación y la confianza disminuyen.
- Genera mucho estrés (y se disminuye la productividad).
- Un clima laboral empobrecido el área.
Recordar que somos humanos para poder trabajar hombro a hombro con la gente que nos rodea
Mi recomendación como Coach Ontológico es:
Reconoce la participación de los demás, en tu éxito.
No pierdas de vista los valores que te hacen más humano, como la empatía, la generosidad y la humildad. (Saber escuchar con atención)
Agradece lo que tienes y disfruta de tus triunfos, que te llene el corazón con bondad. (No se trata solo del éxito).
Si además de los atributos y talentos que se tienen, se debe cultivar la humildad y la cercanía, así se logra no solo fortalecer la calidad humana, sino también inspirar a las personas que colaboran con el equipo de trabajo.
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No cambies al mundo: ¡Mejórate tú!
Directora Ejecutiva y conductora del programa radial Mujeres Positivas en el mundo a través de Positivo Extremo Radio.com desde Los Ángeles, California. Publicista, locutora internacional, asesora de imagen, coach ontológico y fundadora de Starfish Conference empresa dedicada al crecimiento personal y profesional. Actualmente colabora para la revista La Nota Latina
Su lema: De corazón a corazón.
🌟from heart to heart
IG: @tualmabajotuluzpropia
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