Vivimos una época en la que cualquier punto puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. Eso no le sucede al mal ni y a su raíz, siempre fijan un punto, un orden. Se sostiene en una línea falsa. No responde a la generación de lo bueno, vive en su esquizofrenia.
Excepciones resistiendo
Hemos mantenido secretos
como un subtexto: lo necesitamos para pasar el día.
Los montículos y los agujeros,
os movimientos humanos enigmáticos,
ejerciendo su lenguaje,
su código para una tierra sin personas.
Mas ella alberga
lenguas ininteligibles
en su núcleo y pliegues, cuando la llaman,
responde. Su toque es valiente.
Es posible devolverse desde el sueño,
pájaro con una ramita en la boca,
nadie atrapado en una normalidad
autoritaria.
La arquitectura de lo nuevo viaja,
también otro territorio,
este a oeste, oeste a este.
Tomaré lo que está estropeado,
solo cortar los bordes.
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