En un mundo consumido por lo volátil, lo transitorio, y lo vertiginoso, acunar los sentimientos de la existencia humana, aquello más perecedero, aquello que deja la precariedad del instante, que nos saca de la cuerda floja, que nos ata al mundo de la sensibilidad, de las tentaciones sublimes, bien vale un momento de lectura.
El pincel que te descubrió (I)
Eres luz
Qué te hizo originaria
Qué sentía el que te pintó en el universo
Qué hizo que sus pies perdieran la gravedad
y trajera un desde siempre
Qué emoción flechaste
cuando ya estaba agotado de felicidad
Qué música escuchó en sus arterias
que vio en ti un abedul humano
Qué hizo para hacerte
tan certera de suavidad
y soples trescientos besos a la vez
No sucumbir(II)
Quieren que te ahogues en aire denso
Que seas línea trabada e inestable
Gota sin brillo originario
Pelaje sin ternura
Mas tienes mirada con aroma real
de tantas texturas
Nunca pájaro sin corazón
Nada de ti agrieta a las alegrías
pues navegas en aeroplano
en la plenitud del mar
Enamorarse(III)
Se ha quedado hasta tarde en mi cabeza
sin siquiera ella saberlo,
Me acosté soñé profundamente tomado de la mano,
Desperté con la ternura de sus cejas
Letra a letra se escribieron en mis pupilas
Lo que está en su acta de nacimiento
Aquello que conjuró con el destino
que como amuleto lo lleva colgado en una oreja
Sediento como un tigre al acecho
Ando en busca de las llamas de su lengua
Para que calme la trifulca de lo que hay aquí adentro
Camuflado la sigo desde cerca, aunque ella ande de viaje
La veo cantar arriba de un árbol
Caminando en una ola terca
Corriendo las cortinas del horizonte
A las seis de la tarde vuelve
El sueño se desviste
Junto dormimos
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