Sí… cada mañana meditando para dejar entrar la luz y que el espíritu vuele libre. Cuánto de lo que nos ocurre demanda mirar hacia lo alto y hacer una reverencia, salvo atrapados en alguna forma de infierno.
En el muelle
Un viento plateado vino pasando.
El piso se agita como si estuviera
a punto de hablar, deja un recuerdo,
luego por su propia voluntad desaparece.
Las olas corren tras mis pensamientos
burbujean contra la sal,
zumbidos como mástiles en los bordes,
demasiadas imágenes torpes en la memoria.
Y todo lo que puedo hacer es sacudir.
Eso no es lo que pasó,
es lo que debía haber sucedido.
La nubes altas profundizan sus colores:
Azul-verde, o azul verdoso. Difícil decirlo,
Exactamente.
Los ojos se cierran, o se apartan,
La mente sigue a una constelación perdida
y justo ahora vista claramente.
Algo se desenrolló de un caja de secretos.
La belleza que asiste al recuerdo asistiendo.
Para qué preocuparme, como yo lo entiendo,
Una lista de ansias de cada ser querido. Estoy aquí.
Brillando todos brillando, así,
como si la realidad dependiera de una desnudez,
la mía: te ahogas o nadas.
Creo. Todo debe ir bien.
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