El estado del Sol ofrece las mejores playas para pescar, caminar, aprender sobre el pasado y descansar.
Las costas de la península albergan mucho más que arena y mar: sus 1,250 millas de línea costera son un paraíso para los aficionados a cualquier tipo de diversión.
Fernandina Beach: En los siglos XVII y XVIII esta playa en Amelia Island, al norte de Jacksonville, fue un paraíso para los piratas, que encontraban en su bahía, la más profunda en la costa sureste, un puerto seguro.
St. Augustine Beach: Los aficionados de la historia pueden recorrer los fuertes españoles del siglo XVIII y disfrutar de 42 millas de playa sobre el Atlántico el mismo día. Las playas se encuentran a costa distancia de la zona de tiendas y restaurantes del casco histórico, así como el castillo de San Marcos, Fort Matanzas y el Lightner Museum, instalado en el antiguo Hotel Alcázar, del famoso industrial Henry Flagler.
Key West: Las rocosas áreas costeras de los cayos de Florida no se comparan con las maravillosas playas de arenas finas que hay más al norte, pero sus aguas son ideales para bucear en la barrera coralina, pescar y hacer excursiones submarinas. La casa del escritor Ernest Hemingway en la calle Whitehead atrae a muchos turistas. A poca distancia se encuentra la casa museo del presidente Harry S. Truman. También, la casa del dramaturgo Tennessee Williams, en el 1431 Duncan St., es un imán para muchos fanáticos.
En la movida
Panama City Beach: Las playas aquí son de arenas blancas, a apenas unas dos horas de Tallahassee, pero se necesita mucha paciencia para llegar a ellas cuando la oleada de estudiantes acuden a ellas durante el «Spring Break». A lo largo de la vía muchas tiendas atraen a los turistas, pero también hay atracciones como Ripley’s Believe It Or Not!, en un edificio que parece un barco hundido. En la playa se pueden apreciar espectaculares puestas de sol sobre el muelle de Panama City.
Daytona Beach: está ubicada a unas 50 millas al norte de Orlando. A lo largo de Atlantic Avenue, tiendas y restaurantes de todo tipo se alinean al lado de tiendas de equipos para hacer deportes acuáticos y negocios de recuerditos. La vida nocturna se despliega en bares y restaurantes como Ocean Deck y el Bank & Blues Club.
South Beach: Internacionalmente conocida como un centro de vida nocturna para las celebridades, su franja de 23 cuadras de clubes y restaurantes exclusivos de arquitectura Art Deco está ubicada a unos 15 minutos del centro de Miami. Con millas de arenas blancas junto el mar azul, la acción se concentra más bien a lo largo de Ocean Drive, lugar donde se ubica la Mansión de Versace («Casa Casuarina»), el News Cafe y museos vecinos.
Refugios playeros
Playalinda Beach: totalmente contrario a South Beach, la quietud en Playalinda, en la costa de Cabo Cañaveral en Titusville, es la principal atracción. Ubicada como parte del Merritt Island National Wildlife Refuge, sus 24 millas de playas vírgenes ofrecen pocas comodidades. No existen áreas de picnic, ni teléfonos, ni duchas, fuentes de agua o servicios de venta de comida. En su lugar se aprecia en todo su esplendor el batir de las olas y el sonido de la brisa. Las carreteras para llegar, la SR 402 y el Black Point Wildlife Dr., ofrecen la posibilidad de ver 500 especies de aves y otros ejemplares de vida silvestre.
Pensacola Beach: La torre con forma de pelota de playa en el muelle de 1,500 pies es el rasgo distintivo de este destino turístico, que ofrece un lugar para pescar y ver las puestas de sol.
A unas siete millas de allí se encuentra Opal Beach, un pedazo de playa alejada del turismo, cerca del Museo Nacional Naval y de Aviación y la Estación Naval Aérea, un museo gratis.
Sanibel Island: La vida silvestre y las playas solitarias son las principales atracciones de esta isla en la costa del Golfo de México.
El refugio nacional JN Ding Darling tiene más de 6,400 acres de mangle, lechos de algas sumergidas y pantanos que son el hábitat de más de 220 especies de aves migratorias. Las playas son de agua transparente y arena blanca, donde se puede pasear en kayak, pescar, montar bicicleta y observar las aves.
Puestas de sol
Anna Maria Island: Quizás no exista otro lugar en el que las puestas de sol sean tan celebradas, donde el diario acontecimiento inspira toques de campanas y aplausos espontáneos. La franja de siete millas en la Costa del Golfo, a unas 20 millas al oeste de Bradenton, es un lugar ideal para montar bicicleta, comer helados y mirar al horizonte. En el muelle la vista va de las mantarrayas a los pelícanos y delfines en las aguas tranquilas, al Skyway Bridge en la distancia a través de la Bahía de Tampa.
Clearwater Beach: Actores callejeros, músicos y artistas entretienen durante el día en el muelle de pesca que es el centro del distrito turístico. Durante los fines de semana se proyectan películas al aire libre.
El Beach Walk, media milla de un paseo decorado con estatuas de tortugas, conecta el Pier 60 y la playa con los hoteles cercanos, restaurantes y tiendas en Gulfview Boulevard. Hay restaurantes al aire libre que ofrecen vistas de la playa — y de las personas que se pasean por ella.
Fuente: orlandosentinel.com
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