El tema de la guerra económica que esgrime el presidente Maduro es realmente complejo, pero no pasan desapercibidas las maniobras políticas de parte y parte, entre Colombia y Venezuela. ¿Cómo afecta la guerra económica al venezolano de a pie? ¿En qué se ha convertido la vida de hoy para el ciudadano común
El ingenio venezolano enseguida acuñó término para identificar a quien trafica mercancía. Apostados en largas filas invaden supermercados, tiendas de víveres, farmacias y cuanto local donde se venda mercancía a precio regulado por el gobierno. El negocio de la reventa es muy llamativo. No sólo para el mercado interno, los “bachacos” no sólo revenden en el territorio venezolano. Más atractivo les resulta la reventa a través de la frontera con Colombia.
Así que no es de extrañar ver a venezolanos y colombianos haciendo colas interminables. Muchos de esos productos son negociados más allá de los caminos verdes hacia Cúcuta. Desde enero de este año 2015, Venezuela se despertó con este fenómeno rondando la gran extensión de su territorio. No hay lugar del país que no tenga “bachacos”. Se han vuelto parte de la cotidianidad, con la que el ciudadano común tiene que lidiar a la hora de adquirir desde comida, medicinas o cosas básicas como papel sanitario. La realidad del venezolano de hoy es tan distinta que como producto del shock económico, no entiende ni asimila esta nueva “matrix” en que está envuelto.
DolarToday.com Vs. BolívarCucuta.com
Ni bolívares de a 100 se ven actualmente en el mercado. Es un negocio productivo comerciar con la dignidad del venezolano. Su papel moneda de más alta denominación escasea igual que el papel sanitario. Pase por BolivarCúcuta.com y lea por sí mismo la interesante oferta de cómo ganar una inmensa cantidad de dinero comprando y vendiendo entre bolívares, pesos colombianos y dólares.
La distorsión de la realidad cambiaria existente en Venezuela ha conllevado a este tipo de negocios, donde un determinado sector es el que más se beneficia en detrimento de una ciudadanía que ha perdido la paz y la dignidad, sometido al escarnio de las grandes colas por comida, productos de abastecimiento general y medicamentos.
De este lado de la frontera
Juan Carlos Tanus, miembro de la Asociación de Colombianos y Colombianas en Venezuela ha respaldado las acciones del gobierno venezolano en la frontera, porque a su juicio es en Colombia donde se empobrece el bolívar, se fortalece el contrabando y no se ha podido superar la presencia del paramilitarismo.
En declaraciones a la prensa asomó por qué es negocio la compra venta de bolívares con conversión a pesos, dólares y reventa en territorio venezolano. El dirigente señaló que el Banco de la República de Colombia emitió una resolución externa el 5 de mayo del 2000 (Resolución 8) que: «logró resolver el tema de las casas de cambio y creó a los cambistas, que se les llama profesionales de la compra y venta de divisas. Así hay dos estructuras de cambio, una tiene la rigurosidad de la superintendencia financiera y a la otra solo se les exige inscribirse en la Cámara de Comercio y hacer un registro en la dirección de impuestos y aduanas nacionales, tipo Seniat (…) tienen la complacencia total de la misma estructura», dijo en el programa televisivo de Vladimir Villegas por Globovisión.
¿Esto qué significa? “Significa que el Banco de la República de Colombia tiene para el día de hoy una tasa de cotización del Bolívar en 232 pesos, pero si revisas, el mercado que empobrece el Bolívar en la frontera, tiene un valor de 4,8 pesos por cada Bolívar. Mientras el Banco de la República en Bogotá reconoce que un Bolívar vale 232 pesos, en Cúcuta y en el eje fronterizo, me pagan por un Bolívar, 4 pesos con 80 centavos. Este nivel de empobrecimiento del Bolívar es el principal incentivo para el contrabando”. Esta operación se realiza con el visto bueno de las autoridades colombianas y ha destruido el valor de nuestra moneda. Incluso algunos diarios colombianos como La Opinión, publican diariamente esta tasa cambiaria de la frontera, ha referido Tanus. Y da ejemplo: en Colombia se puede comprar un kilo de arroz con 2.700 pesos. “Si convertimos esa cantidad de pesos a bolívares empobrecidos, nos daría 551 bolívares. Con ese monto podríamos comprar en Venezuela entre 20 y 22 kilos de arroz. Si luego, esos 22 kilos de arroz se contrabandean a Colombia y se vende cada paquete a 2.700 pesos, las ganancias son escandalosas. Esta situación, provocada por la Resolución 8, es la que mantiene el gran negocio del bachaqueo”.
“La Resolución 8 dice haberse trazado para los países vecinos, pero cuando revisas la legislación con Panamá, te das cuenta que un Balboa vale justamente un Dólar, y que Colombia reconoce que un Balboa vale 3.003 pesos, lo mismo que un Dólar. Con Ecuador la economía está dolarizada. No hay ninguna dificultad para establecer una política de cambio. Con Perú y Brasil no hay mucho intercambio comercial porque hay montañas y selva. Significa que la Resolución 8 fue diseñada exclusivamente para Venezuela”, sigue explicando.
En su opinión, el Gobierno venezolano solo puede reforzar las leyes contra el bachaqueo, resguardar las fronteras y luchar contras las redes de contrabando que ha promovido la misma resolución 8 de Colombia. “Esta situación no solo provoca desabastecimiento en Venezuela, sino que afecta a millones de colombianos honestos que viven y trabajan en Venezuela. Antes de la Resolución 8, las remesas que enviaban a Colombia eran de gran ayuda para sus familiares. Ahora, con la Resolución 8, el valor de las remesas a Colombia se ha diluido por la tasa de cambio ficticia en la frontera. Por eso, los colombianos y colombianas residenciados en Venezuela van a exigir una demanda de nulidad contra la Resolución 8”.
Lo difícil será que cuenten con el apoyo del estado colombiano. El presidente Santos y sus predecesores nunca intervinieron para crear bases sólidas con Venezuela. A través de la frontera también se comerció con la violencia, con las FARC y los demás grupos guerrilleros y paramilitares. Así que seguro, hay más trasfondo en esta historia fronteriza.
Táchira, ¡qué rica eres!
Táchira cómo estado ocupa el 1.2% del territorio venezolano. Con su población amable, ésta suma el 4.5% del total de la población venezolana. Por eso sorprende cuando se revelan cifras como estas: en Táchira se distribuye alimento equivalente al 8 % de población que es lo que habitan por ejemplo en el Estado Carabobo, uno de los más grandes del país. Su flota vehicular es de 160.000 vehículos aproximadamente, pero la cantidad de combustible que se distribuye es superior a la que se consume en Caracas donde la flota vehicular es de 1.000.000 de vehículos aproximadamente.
En cambio, Cúcuta es la ciudad con más economía informal en toda Colombia, ronda el 80 % de la población. En pobreza ocupa el puesto número 15 de las 23 capitales con pobreza en Colombia. Su índice de pobreza aumentó 1,8 puntos porcentuales, es decir subió de 31,3% en 2013 a 33,1% en 2014. Según el Dane, una persona es considerada pobre si al mes su ingreso total es inferior a $211.807. En las cabeceras, la línea de pobreza se sitúa en $233.530, mientras que en el área rural es de $139.792. En cuanto a las personas bajo la línea de pobreza extrema, que se ubica en $94.103, el porcentaje se ubicó en 8,1% en el total nacional.
¿Y de qué se vive en Cúcuta? Del negocio fronterizo: vale la pena el riesgo de cruzar frontera y “pimpinear” gasolina, gracias a los 5 decretos emitidos por el gobierno de Álvaro Uribe que legalizan el contrabando de combustible. Protegidos por la ley anti-contrabando aprobada recientemente por el Congreso de Colombia, donde se declara como contrabando toda mercancía que supere los 10.000 dólares (montos menores son ignorados, pero son los más frecuentes). ¿Quién se perjudica? El venezolano común y corriente, que ignora toda esta situación, que se calla y vive la hiperinflación con precios de pesadilla para casi cualquier producto. Amén de las inmensas colas a sabiendas que la mayoría de esas compras no son para ningún hogar necesitado. Forman parte de este tráfico de productos y divisas que engruesan las millonarias cuentas de ciertos sectores amparados por manos gubernamentales.
Redacción La Nota Latina
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