«Todo el día, sentados en el patio, en un banco estaban los cuatro hijos idiotas del matrimonio Mazzini-Ferraz. Tenían la lengua entre los labios, los ojos estúpidos, y volvían la cabeza con la boca abierta.»
Así abre Horacio Quiroga –escritor y novelista uruguayo- su historia La Gallina Degollada, un interesante libro que nos lleva a reflexionar acerca de la atención que préstamos a las conductas que promovemos en la sociedad y que criticamos en la misma.
Yo, en este artículo, le agrego a ese título «El niño muerto», haciendo una clara referencia a la fotografía, que todavía se dibuja en mi mente, del infante de origen sirio, Aylan Kurdi, quien fue encontrado sin vida a orillas de una playa de Turquía cuando intentaba emigrar a Europa junto a su familia.
Las redes se inundaron de hashtag, los artistas plásticos llenaron de colores el escenario y la opinión pública hizo alarde «una vez más» de su llamado a la sensatez y la hermandad entre los países más favorecidos por el desarrollo social y los no tanto.
Sin embargo, y desde aquel día de septiembre no he dejado de pensar en la ambigüedad del discurso de los ciudadanos de a pie. Esos que dieron «like» a la foto en instagram, compartieron la noticia en sus muros de Facebook pero se encomendaron a Dios y lanzaron su no rotundo ante la posibilidad de acoger cada tanto a diversos grupos desfavorecidos.
Los presidentes del mundo emitieron comunicados, pero no titubearon en pensarse si acogerán o no a inmigrantes provenientes de cualquier país independientemente de la situación que estos tengan.
El moralismo de la sociedad actual va más allá de palabras, llegando a olvidar que la balanza siempre le da más fuerza a quienes están más estables… No obstante, las balanzas se inclinan y recaen de acuerdo al peso y el paso del tiempo.
Nosotros mismos somos los niños bobos
Quienes han tenido la oportunidad de leer y analizar la obra de Quiroga podrán entrever la fuerte crítica que este autor hace a los soberbios monigotes de las redes, que leen, comparten y no intervienen en sus actitudes que promueven estas acciones, ejecutadas, evidentemente, por los dirigentes políticos del mundo.
Mucho peor, me parece el cinismo social que promovemos, en el que señalamos el autoritarismo, la deshumanización, el rencor y la falta de comprensión.
¿Un claro ejemplo?
Las reacciones de innumerables pobladores de la región de Galicia en España – por citar algún ejemplo- cuando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo anunció la disposición del gobierno gallego de acoger a más de 300 inmigrantes sin papeles en situación de asilo y situación de guerra…
¿Lo irónico? Que según informaciones del diario español El Mundo, Galicia es un referente en cuanto a contratación de extranjeros, ya que según el último cómputo trimestral del Observatorio Permanente de la Inmigración, en 2010 fue la comunidad autónoma con mayor porcentaje de extranjeros con autorización de trabajo por cuenta ajena. El organismo, dependiente del Ministerio de Trabajo, la sitúa en primer lugar con un 33,57%.
¿Ven ustedes alguna incongruencia entre las reacciones sociales y estas estadísticas? Si, definitivamente, vivimos en un mundo en el que podemos apuntar con un arma – metafóricamente- y pedir perdón y exigir apelación de nuestra condena. Pero somos incapaces de perdonar, analizar o tender la mano cuando el arma no la tenemos nosotros.
Rematemos con la sentencia final y sin desacierto
El final de la historia de Horacio Quiroga es el asesinato de una inocente niña, hermosa y endiosada, en la cocina — escenario predilecto para las acciones violentas que tienen los seres humanos que no aplican la razón a sus acciones.
Efectivamente, los idiotas (grandes protagonistas de esta historia) representan lo anomalístico, revelando su falta de capacidad intelectual y maximizando su instinto a imitar.
Entonces, cierro con una pregunta que me encantaría pudiéramos analizar y responder entre todos. ¿Nos hemos convertido en los hijos idiotas que aplauden, criminalizan, se babean pero que ejecutan con la misma inconciencia que sus gobernantes?
“Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros.” Khalil Gibran
José Tadeo Bravo Socorro
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Muy interesante tu articulo, ya que cada vez estos casos se estan presentando en varios paises donde nuestros niños, mujeres, y personas de la tercera edad no tienen ningun tipo de proteccion y lo peor es que pareciera que nos acostumbramos a esto por como dicen solo leemos compartimos pero no hacemos nada para remediarlo esperando solo que los Gobernantes hagan algo mientras la situacion empeora a nivel mundial ahora mas que nunca hay que hacer valer la libertad de expresion opinando y no acobardarse ante nada y menos ser conformistas porque debemos preparar un buen futuro para nuestros generaciones proximas ya que de no ser asi solo aumentara la mortalidad, delincuencia, e ignorancia, que practicamente es el caso de aqui de Venezuela que lamentablemente va en camino a un fracaso total de su economia y la mayoria bien gracias, y peor aun la cantidad de profesionales con gran potencial emigrando a otros paises dejando este en un total retraso, pero bueno dios nos ayude……
Me encantó la reflexión porque es la verdad. Condenamos un hecho terrible, pero no actuamos cuando se nos requiere una respuesta. La guerra en Siria es provocada más por intereses políticos y estratégico de grandes naciones, que ni ayuda dan. Sólo mandan bombas, armas y muerte. Ni asilo ni nada a los sobrevivientes. El mundo mira con aplomo un drama humano, calla y voltea para otro lado. Como si fuéramos inmunes a la catástrofe. Increíble! Así somos, máquinas de insensibilidad e hipocrecia!
No hay excusas, pero si hay influencias de como llegar a un punto de frialdad, apatía y desprecio a causas o situaciones tan terribles que vive la humanidad actual . Los medios de comunicación juegan un papel muy relevante en estos asuntos, tristemente moldean opiniones y crean verdades en blanco y negro. como dijo alguien que mandó a invadir Irak….o están con nosotros o contra nosotros….(sin comentarios)
El rol de las redes sociales es casi como un blanqueador de conciencias….compartiré esta foto con este mensaje y así «despertaré conciencias» pensará alguien en algún lugar, pero como bien expresa el artículo, sin acción directa o participativa solo es un postureo y una lavadita de conciencia.
En un paralelismo podemos encontrar la misma situación en el camino del Señor, un creyente sabe que la Fe sin obras está muerta, lo sabe porque está escrito en la palabra de Dios lo sabe porque se lo han predicado desde un púlpito pero su zona de confort es un obstáculo muy poderoso, pero en ambos casos tengo Fe que se puede dar ese paso y abandonar el postureo o la zona de confort y batallar sin necesidad de publicarlo en la red. Amén !