Montones de latinos han enfrentado la pena capital en países diferentes al suyo. El caso del brasilero Rodrigo Gularte, es apenas el más reciente
Rodrigo Gularte, oriundo de Brasil, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en Indonesia este martes. Su muerte fue en cumplimiento de una sentencia por narcotráfico y es apenas el más reciente de una buena cantidad de latinoamericanos que enfrentaron la pena capital en el extranjero.
También se la aplicaron en 2015 al brasileño Marco Cardoso igualmente en Indonesia, y a los mexicanos Ramiro Hernández Llanas y Edgar Tamayo en EE.UU., ambos el año pasado. Estos son algunos de los nombres que figuran en una larga, sombría e incompleta lista, la de personas ejecutadas en los últimos dos años en los 22 países que, según Amnistía Internacional le aplicaron la pena de muerte.
A nivel mundial, más de 19.900 personas están en el corredor de la muerte, según el informe «Condenas a muerte y ejecuciones, 2014», de Amnistía Internacional. La cifra excluye a China, e incluye, entre los países con más condenas, a Estados Unidos, Nigeria, Egipto y Pakistán. (En este último país hay más de 8.000 personas aguardando ejecución según AI).
¿Cuántos son los latinoamericanos condenados a muerte en el mundo? La respuesta no es nada simple, según pudo comprobar BBC Mundo y reproduce aquí La Nota Latina. Se sabe que la mayor parte se encuentra en cárceles estadounidenses, pero la situación en los países que encabezan la lista de ejecuciones dista de ser transparente.
En USA es donde se ejecuta a más latinos
Estados Unidos es por lejos el país donde más ciudadanos de América Latina fueron condenados a muerte y esperan ejecución. Claro, aquí es donde más hispanoparlantes de toda la América vienen a parar y si delinquen, ya saben lo que les espera.
Hay más de 3.000 personas en el llamado corredor de la muerte en cárceles estadounidenses y la mayoría, más de 740, se encuentran en California, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, Death Penalty Information Center, DPIC, una ONG con sede en Washington.
La misma organización señala que el 13% de las personas en el saturado corredor de la muerte de EE.UU., cerca de 500, son de origen latino. De los 139 extranjeros condenados a muerte en EE.UU. más de 90 son latinoamericanos, según el DPIC.
De los latinoamericanos condenados a la pena capital más de la mitad son de México. La lista incluye también a nueve cubanos, ocho salvadoreños, tres colombianos, seis hondureños, dos guatemaltecos, un costarricense, un nicaragüense, un dominicano y un argentino.
Víctor Saldaño, es el único argentino condenado a muerte en EE.UU. cumple este año 20 años en el corredor de la muerte en Texas. Pero hay 62 ciudadanos mexicanos condenados a muerte en el mundo, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH, de ese país. De ellos, 59 se encuentran en Estados Unidos y tres en Malasia.
La Corte Federal de ese país ratificó la semana pasada de forma unánime la pena de muerte contra los hermanos mexicanos José Regino, Luis y Simón González Villarreal, por el delito de narcotráfico. Los hermanos, originarios de Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, fueron detenidos en 2008 por la policía de Malasia en una fábrica en la ciudad de Johor, acusados de tráfico, producción y distribución de narcóticos. Según la acusación estaban en posesión de 29 kilos de metanfetaminas y de equipos para elaborarla.
Los acusados han reiterado que eran empleados de la limpieza en la fábrica y que no sabían que allí se producía droga. Los González Villarreal, de origen humilde, han detallado que llegaron a Malasia a buscar trabajo y que en su tierra se dedicaban a hacer ladrillos.
La ratificación de la condena por la Corte Federal de Malasia abre la vía para que los hermanos sean ejecutados por medio de la horca. Se informó que la defensa pediría una revisión del fallo. Si ésta es rechazada, el único camino será pedir el indulto real al jefe de Estado, el sultán Abdul Halim.
Pero hay 60 condenados en otros países que no son Norteamérica
Excluyendo a Estados Unidos, en 2014 había 65 personas sentenciadas a la pena capital en el hemisferio occidental, según el informe de Amnistía Internacional. De éstas, casi la mitad se encontraban en Trinidad y Tobago y el resto en Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Surinam.
No hay condenados a muerte, según el informe, en los dos países latinoamericanos que aún tienen la figura legal de la pena de muerte por delitos comunes, Cuba y Guatemala.
Las tres últimas ejecuciones en A. Latina tuvieron lugar en Cuba en 2003, cuando fueron fusilados Lorenzo Enrique Copello, Bárbaro Leodán Sevilla y Jorge Luis Martínez, condenados por el secuestro de una embarcación con cerca de 50 pasajeros a bordo.
En Guatemala, la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia revocó la pena de muerte de 53 condenados, por considerar que se violó su derecho a una debida defensa, y les impuso en cambio una pena de 50 años de cárcel.
China no divulga cifras
En su informe de 2014, Amnistía Internacional aclara que debido a la falta de transparencia en el caso de China la organización dejó de publicar cifras estimadas sobre el país asiático en 2009.
«Esta decisión reflejó la preocupación por la manera en que las autoridades chinas tergiversaban las cifras estimadas por la organización». Sin embargo, Amnistía indica que de acuerdo a la información disponible, «cada año miles de personas son ejecutadas y condenadas a muerte» en China. No se se sabe si entre ellos hay extranjeros.
Chiara Sangiorgio, experta en la pena capital de la organización, dijo que «China es el ejemplo más descarado» de falta de transparencia en este tema. «Creemos que ejecuta más personas que el resto del mundo combinado.
Pero los datos y cifras de ejecutados son tratados por el gobierno chino como secreto de estado».
Raymond Li, editor del servicio chino de la BBC, dijo a BBC Mundo que «las autoridades en China nunca han divulgado cifras sobre la pena de muerte, por lo que no tenemos datos específicos».
En otros países tampoco hay transparencia
China no es el único país que se resiste a divulgar datos. «Sabemos que hay cuatro extranjeros en el corredor de la muerte en Nigeria, pero no hemos podido obtener información del gobierno sobre sus nacionalidades», dijo a BBC Mundo Olof Blomqvist, de Aministía Internacional.
«Para encubrir sus violaciones a los derechos humanos, algunos gobiernos simplemente se niegan a dar información sobre el número de personas que han ejecutado», asegura.
Chiara Sangiorgio señaló que en países como Eritrea, Malasia, Corea del Norte y Siria «hay muy poca información sobre la aplicación de la pena de muerte, debido a políticas restrictivas de información o inestabilidad política. En otros países, y en contra la ley internacional, los prisioneros y sus familiares solo son notificados a ultimo minute sobre la ejecución».
En varios países, según la experta de AI, la falta de datos está vinculada a la ineficiencia del sistema judicial y penitenciario. «Para darles un ejemplo, la cancillería de Guyana informó a la ONU que había 13 personas en el corredor de la muerte a fines de 2014, y apenas unas semanas después el director de la fiscalía nos dijo que la cifra era 26.»
Para Chiara Sangiorgio, «la realidad es que a menos que cambien las leyes y políticas en algunos países, jamás sabremos la verdadera magnitud de la pena de muerte en el mundo».
Redacción La Nota Latina / con información de BBC Mundo.
- Manejamos carros viejos: ¡Estamos descalificadas!🚗🤔 - noviembre 5, 2024
- Escapando de la mediocridad: estrategias para transformar tu oficina y tus relaciones con los clientes - octubre 23, 2024
- Coca-Cola, Jesús, Kamala y Trump: ¡Le salió el tiro por la culata!🥤🎯 - octubre 23, 2024