El monstruo que aparece durante el duelo | La Nota Latina

El monstruo que aparece durante el duelo

Desde mi experiencia como madre en duelo, descubrí que hay dos tipos. El duelo diurno y el nocturno. A este último, lo he denominado “monstruo”. ¿Por qué? Porque asusta, aturde, interrumpe tu sueño, te desvela, te agota, te destruye, te deprime. Se apodera de ti y te devora sin piedad.

 

Belkis anunciando la llegada de Andrés.

La noche, tan mágica y tan desafiante. A mí me fascina la luna, puedo pasar mucho tiempo contemplándola, junto a las estrellas. De adolescente me ponía en la ventana de mi cuarto a contarle mis cosas, como si hablara con una amiga. Con ella me reía, y hasta lloraba. La otra cara de esa noche, para muchos representa miedo, quizás por la oscuridad. También es cierto que durante la noche los dolores se agudizan. Como madre he vivido unas noches eternas, sobre todo cuando hay malestar. Durante la noche, la fiebre en los niños es más intensa, los dolores más fuertes, y hay un sinfín de síntomas que obligan a desvelarnos.

Durante el duelo, en horas de la noche es cuando se vive la película de terror. No es que durante el día no se recuerde al ser querido. Yo las 24 horas del día mantenía a mi Chocolate presente, pero también debía atender a Diego, llevarlo al colegio, hacer tareas, entre otros quehaceres, y estaba “ocupada”, sin embargo, lloraba, y mucho. Pero en la noche cuando debía “dormir”, aparecían los denominados “monstruitos” a torturarme. Revivía cada noche en terapia intensiva, esas largas horas en la sala de espera donde dormía por cansancio, no por sueño. Donde los por qués invadían mi pensamiento haciéndome sentir culpable y mala madre una y otra vez. Reprochándome por haber hecho esto y no aquello. Cuando amanecía, me despertaba adolorida, cansada y de mal humor. Era un cúmulo de emociones.

Cada noche me convertía en la protagonista de una película de terror. De tanto llorar, lograba dormir un poco, nunca supe con exactitud cuánto tiempo, hasta que una pesadilla me despertaba sobresaltada. Así, estuve muchos meses. Poco a poco y con terapia, fui canalizando emociones. Sabía cuándo el monstruo iba aparecer por el “leitmotiv” que mi cuerpo lograba identificar. Ahora era yo la que se escondía detrás de él para que no me asustara.

Mis padres nunca me dijeron frases como: “cuidado con el loco”, si te portas mal en la noche viene un señor y te lleva”, esas frases TERRIBLES que muchos padres dicen a sus hijos y en lugar de reprender, siembran miedo en ellos. Pero debo confesar que le agarré miedo a la noche, sabía que el monstruo aparecería para asustarme y hacerme daño. Le llegué a temer hasta a las cortinas. Cuando me despertaba de madrugada e iba caminando a oscuras a la sala a agarrar la cajita que tenían las cenizas de mi hijo y veía cómo el viento elevaba las cortinas de la sala, el corazón se sobresaltaba. Sentía los latidos palpitar en mi boca.

Belkis y Andrés

Quienes han pasado por esto, me entenderán muy bien, a quienes están atravesando por este túnel oscuro, les sugiero la ayuda profesional. No es fácil canalizar esas emociones. Ir a terapia no significa que estés loco, te ayudará a sobrellevar la situación. Si no quieres ir, te sugiero realizar ejercicios de respiración con música de relajación de fondo. Hay CD´s con ejercicios guiados, tomar algún té para relajarte antes de acostarte. Refugiarte en la oración. Hablarle a Dios. Él conoce nuestros miedos, nuestras angustias, y sabe el torbellino que yace en nuestro corazón. Reencontrarte con la espiritualidad. Ir aceptando lo sucedido para poder sanar. Dios no es el causante del sufrimiento humano. Dios es amor y no causa mal a nadie. Al contrario, puede darnos paz en momentos de angustia. Muchas veces le dije a Dios: tú sabes por qué yo sólo quiero tu fortaleza. Muchas de esas veces volví a la batalla una y otra vez.

Muchas de esas veces buscaba la luz en medio de la oscuridad. Transcurridos los meses, muchas de esas veces a pesar del dolor le di gracias a Dios y otras muchas veces abracé el sol al amanecer. Me despido como siempre lo hago cuando escribo sobre ti, hijo: “Dios te bendiga. Te amo. Un beso enorme y un fuerte abrazo que lleguen hasta el cielo”.

 

Instagram y Twitter: @osoriobelkis

E-mail: osoriobelkys22@hotmail.com

Belkis Osorio
Últimas entradas de Belkis Osorio (ver todo)
Artículos Relacionados
Dia de los veteranos

Honrando a nuestros héroes: La esencia del Día de los Veteranos en Estados Unidos

Presidente Trump

Victoria de Donald Trump: Claves de un triunfo electoral decisivo

Espana

España: Identidad difusa y futuro incierto

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Preguntar
Si tienes alguna duda, pregúntanos.
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?