El miedo…La carta de “El Loco” en el tarot representa la libertad, el yo más inconsciente, y al ser el más auténtico que inicia un viaje de autodescubrimiento. El arquetipo del loco es un hombre que salta en un pie con los ojos vendados, al borde de un precipicio y carga solo una pequeña bolsa con sus pertenencias, él no tiene miedo, porque tiene la certeza de que pase lo que pase, todo estará bien, para mi esta carta es una invitación a dar un salto de fe.
El miedo es una emoción básica, opuesta al amor (contrario a la creencia popular que el odio es lo opuesto al amor). El miedo puede llevar a actitudes como inflexibilidad, pesimismo, falta de cuidado personal, ser muy sensible a la crítica, indecisión, y a paralizarse o quedarse en el mismo lugar ya sea físico, mental o emocional.
Por años imploré un cambio, la casa donde vivía ya no la sentía mi hogar, necesitaba más libertad, pero cada vez que tenía el cambio frente a mí, me negaba poniendo algún pretexto como: aquí estoy cómoda, que flojera mudarse, y si algo sale mal… y así seguí por mucho tiempo, pero no contaba con que el universo tenía un as bajo la manga, y una pandemia vino a sacudirme (nos).
Durante días, el solo hecho de imaginar “quedarme sin casa” me hacía un nudo en el estómago y me espantaba el sueño. Sin embargo, ahí estaba yo empacando mis (muchas) pertenencias (más de las que imaginaba), que había atesorado por 8 años, haciendo limpieza, sacando maquillaje que nunca usé, releyendo cartitas y rompiendo recuerdos que dolían tirar.
Claro que hubo sentimientos encontrados, estaba cerrando un ciclo, o mejor dicho, una era; cajas, bolsas, maletas. Y cuando uno ve todas sus cosas ahí guardadas, inertes, parece que toda la vida se hubiera reducido a esas valijas y el miedo al cambio te invade. Pero la vida es mucho más que eso, yo soy más que solo mis posesiones y tengo la certeza de que es la mejor decisión.
En este año de cambios, o como me gusta llamarlo “el tiempo fuera del tiempo” hemos sido forzados a movernos, ya sea de una relación, de una casa, trabajo o hasta de nosotros mismos. El cambio es lo único constante, y cuando nos rehusamos, vienen estas bofetadas cósmicas a sacarnos de la zona cómoda, para obligarnos a emprender ese viaje, un viaje interior hacia el amor propio, a ese salto de fe, tal vez no sabemos que hay al fondo del abismo, pero hay que seguir saltando, porque puede ser que caigas, o que no, o que abajo esté alguien para atraparte. Pero si nunca saltas, no podrás descubrirlo.
Suelta el miedo y sigue saltando.
Foto portada : Artem Beliaikin en Pexels
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