Una hermosa tradición navideña es celebrada en Alemania, Austria y la República Checa y es la fecha que marca el inicio del año litúrgico de las Religiones cristianas. Es el “Adviento” o venida del redentor y se celebra durante los cuatro domingos antes del nacimiento de Cristo. En las iglesias y en las casas se coloca una corona de pino con 4 velas, una por cada domingo, a las cuales se les asigna una virtud que se debe mejorar en la semana: amor, paz, paciencia, fe.
Como es un tiempo de intensos vientos en esas regiones, las personas buscaban contrarrestar el frío con una convencional bebida: El Glühwein palabra alemana que traduce «vino brillante» y resultaba muy reconfortante.
Para la elaboración del Glühwein se emplea tanto Vino tinto (en Alemania) como Vino Blanco (en Italia y Austria). Se les agrega especies como canela, clavo, cascaras de limón y anís estrellado para el tinto y jengibre y pimienta para el Blanco. Estas especies se dejan macerar en el vino y luego se calienta a fuego lento, se agrega miel o azúcar hasta que se derriten, se deja reposar unos 10 minutos y está listo para tomar.
El Glühwein fue creado por los romanos que lo llamaban Mulled Wine y calentaban vino para defender sus cuerpos del frío invierno. A medida que los romanos conquistaron gran parte de Europa durante el siglo siguiente, su amor por el vino caliente se extendió por todo su imperio y las regiones con las que comerciaban. Ellos cocinaban miel con algo de vino. Le añadían pimienta, Mastíx (árbol de Europa mediterránea con olor a resina utilizado para aromatizar), hojas de laurel, azafrán, dátiles asados (fruto de una palmera oriunda del norte de áfrica y el oeste de Asia) y pasas. Para finalizar se mezclaba con el caldo hasta que se hacía fluida. El vino alcanzó su popularidad gracias al sabor y las propiedades curativas. Los principios activos que se sabe son beneficiosos para la salud son los taninos que actúan como un elemento antiviral para combatir el resfriado; canela, clavo y cáscaras de limón son perfectos para contrarrestar la gripe y la bronquitis, enfermedades propias de las temporadas de intensos fríos.
Aunque no es una práctica muy aceptada por los viticultores (por obvias razones) si es una manera diferente de disfrutar del vino y de paso ayudarse a sobrellevar el clima.
Hoy en día muchos restaurantes ofrecen esta opción, pero seguro están muy lejos de conocer sus raíces.
Las cepas recomendadas para hacer vino caliente son Merlot, Zinfandel o Garnacha porque son vinos son oscuros, afrutados y con mucho cuerpo y soportan los sabores que agregaremos. Busque etiquetas que describan el vino como “mermelada”» o con «notas de vainilla».
Si ya se antojó de hacer vino caliente, esta receta le va a ayudar:
Que necesita:
- 2 botellas de vino tinto
- 2 copitas de Porto
- Una cucharada de canela
- Una cucharada de nuez moscada
- 2-5 cucharadas de azúcar morena
- Naranjas cortadas en 5 segmentos cocinadas con clavos de olor
- Estrellas de anís
Caliente todos los ingredientes por 20 minutos. Asegúrese de no llevar el líquido a ebullición para no evaporar el alcohol. Sirva caliente y disfrute.
Pueden leer en La Nota Latina/La Nota-Latina.com
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