Hoy me levanté con más lentitud que de costumbre. La edad empieza a causar estragos en mi cuerpo, el cansancio llega con frecuencia y sin sorpresa los dolores se presentan. Como es natural, a mi edad no es extraño, si convierto mis veintiún años gatunos a humanos, tengo un poco más de cien primaveras. Deseo compartir con ustedes, otra historia de mi vida y aunque faltan varios meses para que llegue La Navidad, necesito hacerlo ahora y aprovechar los recuerdos que todavía viven en mi memoria.
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Siendo un gatito, me encontraba en Minneapolis viviendo en el octavo piso de un departamento. Al lado de mis padres mi vida transcurría con normalidad: comida, cariños, siestas, juegos y meriendas… Un día algo extraño sucedió, al despertar de mi cuarta siesta, me sorprendí al ver por la ventana unas bolitas blancas caer del cielo, por un momento pensé que las nubes se estaban desbaratando, en ese instante, algo así como una fuerza exterior me hipnotizó y con cautela fui acercándome para poder averiguar mas de cerca el suceso. Por mas que estiré mi cuerpo y brinqué, no logré llegar a la base de la ventana, necesitaba observar aquello con mayor proximidad —mmm ¿qué podré hacer para subir? ¡ya sé! es muy sencillo, sólo tengo que pedirle ayuda a mi mamá —por lo que me dirigí hacia el lugar donde estaba ella; después de insistirle durante varios segundos me di cuenta de que aquella tarea que visualicé como simple, no lo era. Mi mamá me ignoraba. Así que comencé a maullar aún más fuerte, allí estaba ella en la cocina sin prestarme atención, trasteaba como si los platos fueran mas importantes que mi llamado. Entonces decidí sacar las garras, ¡todas al mismo tiempo!, di unos pasos hacia atrás, tomé vuelo y salí corriendo a toda velocidad para brincar y colgarme de su pantalón.
—¡Ay, Panza! Me lastimas con tus uñas tan filosas.
—¡Miau, miau! —volví a pedirle ayuda para subir a la ventana, pero no me entendió, mi plan no sólo falló, sino que resultó contraproducente.
—Vamos a cortarte esas garras. —mi mamá puso pausa a sus ocupaciones y procedió a hacerme un pedicure ¡que martirio!
Por un momento olvidé mi objetivo y mi interés se volcó a pelear contra el monstro de metal mutilador. Al terminar derrotado, mi mamá me abrazo y me confortó:
—no pasa nada Panza, no gruñas y pórtate bien.
—¡agrr! No necesito de consuelo, no quiero ni verme las patas, ¡ahora no podré escalar! —entre rezongos y abrazos, al fin me tranquilicé y caí en un relajamiento total. Debo confesar que los abrazos de mi mami son como una dosis de somníferos.
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Mis ojos se entreabren al escuchar la dulce voz de mi persona predilecta. —Mira Panza, ¡está nevando!, eso que ves caer son copos de nieve. —Me pongo alerta, de inmediato enderezo mi cabeza y como si hubiera leído mi mente, mi mami me acerca a la ventana. ¿Cómo lo supo? Ella siempre sabe lo que quiero. Sin poder evitarlo intento atrapar las bolitas blancas, tiro mis mejores zarpazos y a pesar de las porras de mamá, no logro cazar ¡ni siquiera una! Creo que mis garras quedaron más dañadas de lo que yo pensaba.
—Panza, llegó la época navideña, vamos a adornar la ventana con foquitos y a poner un arbolito de navidad. —No estoy seguro de qué se trata, pero por el tono de su voz, suena divertido.
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Como si fuera un telón de teatro, la noche descendió por la ventana del departamento, entonces pudimos apreciar las luces de colores que vestían el perímetro del cristal y en ese instante, escuché una de las mejores anécdotas, la cual le sucedió a mi mami. Aun siendo niña, se enteró por labios de su abuela, de la historia que hay detrás del Árbol de Navidad.
«Mijita, ¿ves todas esas figuritas que adornan el arbolito?, ¿pues qué crees? a las doce en punto de la noche, algo muy especial pasa en este hogar. A través de la estrella se desprende una luz color azul brillante y se mueve alrededor del árbol como si fuera una serpentina, luego de dar varias vueltas se desbarata convirtiéndose en pequeñas estrellitas que caen desde lo más alto de la casa hasta el suelo. Cuando el piso esta tupidito, todos los ornamentos ¡cobran vida! El caballo empieza por mover sus patas poco a poco, hasta que corre a todo galope alrededor de la sala; la pequeña chimenea que cuelga de la rama alta se enciende y calienta toda la casa, hasta tu recámara. El pato sacude su cola y los pollitos salen por debajo de las alas de la mamá gallina diciendo “pío pío”» La abuelita señalaba cada figurita con sus dedos, mientras que haciendo gestos y ademanes seguía con su narración: «La princesa baila alrededor del árbol y los pajaritos que están cerca de la estrella vuelan a sus manos; los renos juegan entre ellos y se dan de topes con sus largos cuernos y así cada animalito se despierta. Por supuesto que todos los integrantes del nacimiento están felices porque es cuando llega el verdadero milagro, ¡nace el niño Dios! Entre todos hacen una fiesta para celebrar el gran acontecimiento y reciben a ¡Santa Claus! Él viene a dejar los regalos de los niños, pero también a cada figurita les entrega un obsequio. El único requisito para que la magia aparezca es que los niños deben estar bien dormidos». Cada año mami Melia contaba la mágica historia del árbol y sus adornos navideños. Hasta que llegó el tiempo en que la inocencia infantil quedó atrapada entre recuerdos.
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Mi intuición gatuna me indica que debo revelar un gran secreto: Si desean vivir momentos de fantasía, lo que pueden hacer es abrazar a su niño interior y montarse en la nube de los sueños. Una vez que estén trepados, inviten a sus niños y difundan las fantásticas historietas que tal vez guardan en su memoria. No califiquen de ficción las historias de mami Melia, son reales en la mente de los chiquitines.
Antes de retirarme a descansar, yo sé que muchos de ustedes aún siguen pensando que no estamos en temporada decembrina o lo que es peor, ¡vivimos el pleno y caluroso verano! Pero la verdad de las cosas es que yo les quiero preguntar: ¿Por qué esperar? ¿Por qué no decir cosas lindas ahora? ¿Por qué no estrenar hoy esos zapatos nuevos que guardas en tu closet? ¿Por qué esperar para usar tu mejor vestido? ¿Por qué guardar el buen vino? o ¿Por qué esperar para decir un “te amo”? Olviden las frases «tal vez mañana», «más adelante», «luego que.. » bla bla, ¡pamplinas! Yo soy afortunado de tener nueve vidas, pero ustedes como humanos ¡solo tienen una! Disfrútenla y vivan felices, no se queden en “la espera”.
¡Miau!
Pueden leer en La Nota Latina/ La Nota Latina
El gato Panza, un cuento de Silvia C. Rodriguez
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El cuento «El gato panza, te invita a disfrutar de la vida.
Me gustó mucho.Está muy bien escrito, el estilo literario es muy descriptivo y eso ayuda a tener fluidez, el lector lo disfruta, me gustan mucho los monólogos de panza y los diálogos Entre él y su mamá Felicito a la nota latina, por sus publicaciones positivas.
Este cuento del relato del gato panza me gustó mucho, es muy entretenido tiene un estilo literario descriptivo y fluido, fácil de entender; también los monólogos del gato panza y el diálogo con su mamá muy graciosos y entretenidos. Felicito a la Autora Silvia y a la Nota Latina, por estas publicaciones amenas, y positivas.
Felicito a La nota latina por poder contar con una artista como Silvia Carrillo. Me ha encantado la historia del gatito Panza y la lección de vida que nos deja: vive y disfruta de lo que tienes ahora, no pongas fechas para disfrutar, agradecer, y mostrar lo mejor de ti pues en nuestro último viaje sólo cave en nuestra maleta las convivencias y experiencias que hayamos cosechado y disfrutado.
Enhorabuena por su trabajo Silvia Carrillo, los que la seguimos y sabemos de tus creaciones artísticas disfrutamos muchísimo de tus publicaciones , enseñanzas y creatividad pues esta dama además es ilustradora de su último libro bilingüe muy didáctico para tenerlo en cuenta en las aulas de los colegios.
De nuevo muchísimas gracias por hacernos crecer creando con entusiasmo 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Enhorabuena por la publicación del Gatito Panza, creado por Silvia Carrillo, como todos sus trabajos tiene mensaje y nos enseña, como la creación de su personaje Taco que nos enseña gramática de una manera muy amena y original y sus publicaciones bilingües de varios relatos como El fútbol más allá del cielo, o Sandy y manchas que son dos publicaciones. Yo como docente los aconsejo a todos los de mi gremio ( por supuesto también a todos los padres) que lo miren y lo integren en las aulas .
Enhorabuena a La Nota Latina por todas sus publicaciones.
Me encanto el relato me transporte y lo sentí como si estuviera ahí, además me dejo enseñanza, de que la vida hay que vivirla día a día, no esperar fechas, ni acontecimientos especiales hay que demostrar nuestro amor y agradecimiento siempre..
Enhorabuena por la publicación del cuento “del Gato Panza” escrito por Silvia Carrillo, es un cuento de reflexión que nos invita a no poner fechas para ser mejor personas o cambiar algo en nuestras vidas.
También el personaje de la abuela nos lleva a intentar salvaguardar la inocencia y la magia.
Es un cuento muy bonito 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Hermosa historia, realmente ha logrado transportarme al fresco y nostálgico diciembre, Gracias Silvia Carrillo por compartir hermosas frases para disfrutar del hoy e inclusive no dejar las cosas para después, porque ese después aveces llega tarde a su destino . También recomiendo altamente sus libros bilingües para los jóvenes y pequeños en las aulas académicas ya que estos contienen mensajes muy positivos para ayudar a nuestros pequeños.
Me encanto! Principalmente como transporta al lector en El relato del cuento!
Excelente Silvia!!!
Si nunca cuestionas tus paradigmas siempre viviras atrapado y con el miedo del que diran.
Nunca vivas la vida de otros enfocate en las emociones que quieres vivir y VIVE
Gracias Silvia. Que bello este cuento. Cuanta profundidad en esta historia. Lamento la partida de Panza. Lo extrañaremos en lanota-latina.com 💔
Gracias. Todo el cariño que he recibido me reconforta. ❤️❤️