Nuestra cultura nos puede dejar ganancias económicas cuando nos apegamos a las tradiciones y dedicamos tiempo de calidad a la continuidad de nuestra herencia. En la Filantropía de Cultura sostenemos que a través del Comportamiento Cultural (CC) podemos aportar al desarrollo económico y a la innovación social. Para que nos sirva de motor económico debemos estudiar bien las grandes figuras que por décadas se han dedicado a avanzar algún aspecto de la cultura o a rescatar alguna tradición que vieron en peligro de desaparición. Con tales ejemplos podemos motivarnos a compartir la importancia de esos valores o dedicarnos a preservar el tejido cultural al que pertenecemos hoy en día.
Podemos usar como ejemplo al maestro Simón Díaz (1928-2014). La obra del maestro S. Díaz es conocida por el mundo entero por su famosa composición “Caballo Viejo”. El compositor logró popularizar la música criolla venezolana como un elemento de alto valor cultural para los venezolanos, él se propuso rescatar las tonadas del llano. S. Díaz transformó el consumo de música tradicional en su país y se hizo carrera como ente cultural que tocó los corazones de por lo menos cuatro generaciones. Del mismo modo en este mundo de la tecnología y comunicaciones, cada uno de nosotros podemos compartir aspectos culturales que enriquezcan el conocimiento y que nos hagan expertos en la materia.
La experticia en cualquier rama siempre genera ganancias en las finanzas. Lo que tiene que entender es que deberá ser un trabajo de muchos años. La cultura no está aquí para traernos riqueza inmediata, este trabajo está ligado al orgullo de pertenecer a una herencia, el deseo de trabajar a largo plazo para hacerse experto y la dicha de poder compartir con otros los conocimientos adquiridos.
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