Esta islita, hermana menor de Margarita, la perla del Caribe guarda secretos dignos de ser descubiertos por quienes buscan aventura e historia marina
Texto y fotos: Anna Muller
En Venezuela, existen localidades que se han preservado y cuentan su historia a partir de las evidencias que quedan plasmadas en las formaciones rocosas y los suelos. Representan un documento geológico muy valioso con información que data de hace millones de años.
Es el caso del cañón de Las Calderas, al noroeste de la Isla de Cubagua, estado Nueva Esparta, un oasis con yacimientos paleontológicos que han servido para entender los ambientes en los cuales fueron depositadas las rocas que representan lo que geológicamente se conoce como “Formación Cubagua”, es decir, una formación del Período Neogeno, de la edad Mioceno Tardío y Pleistoceno Temprano.
Estudios geológicos indican que la historia geológica de Cubagua empieza hace unos 5 millones de años, cuando la porción de tierra que ocupa estaba invadida por el mar, poblado de arrecifes coralinos, invertebrados, peces y hasta delfines, según se ha podido corroborar gracias a fósiles encontrados en la isla.
La erosión de millones de años ha quedado grabada en las rocas del cañón de Las Calderas, con escarpes de hasta 60 metros de alto. En la base de este paraje, con escasa vegetación xerófita, se puede apreciar a simple vista una inmensa muestra paleontológica que incluye invertebrados fósiles, donde destacan los moluscos (gasterópodos y bivalvos), con cantidades menores de briozoarios y fragmentos de equinodermos, parte de la fauna que predominaba en este sector de Cubagua que hace 5 millones de años estaba cubierto de agua.
“Las muestras paleontológicas existentes en el cañón de Las Calderas tienen una composición muy diferente tanto de especies como de familias. Una composición faunística tan heterogénea indica que las aguas poseían condiciones favorables para la productividad biológica”, expresa el Coordinador de la Unidad de Paleontología del Museo Marino de Margarita, Juan Capelo.
Menciona como ejemplo del rico ecosistema marino reinante hace 5 millones de años en Cubagua, la presencia de dos familias de bivalvos, los pestínidos y las ostras, con unas 30 especies derivadas. “Se caracterizan por alimentarse de plancton, el cual depende de una alta productividad acuática, la cual viene dada por propiedades hidroquímicas de cierto tenor: temperaturas bajas y alto nivel de nutrientes”, apunta Capelo.
Destaca que muchas de las muestras que están presentes en este oasis fosilífero de la Isla de Cubagua, proceden del Océano Pacífico, correspondiendo a una etapa geológica anterior al cierre del Istmo de Panamá. Otro dato que aporta el experto es que el 80% de las especies de gasterópodos que se consiguen en el cañón ya están extintas en el Atlántico y el Caribe. De ese 20% restante que sigue vigente, la mitad está restringido al Golfo de México y la costa este de Estados Unidos. El otro 10 por ciento está presente en el Océano Pacífico Meridional.
“El gran valor paleontológico del cañón de Las Calderas viene dado por el hecho de ser un ambiente que se ha mantenido sin mayores cambios desde hace millones de años”, concluye.
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