El calor humano salva vidas | La Nota Latina

El calor humano salva vidas

 

Desde mi llegada a Estados Unidos hace 13 años, siempre he dicho que los gringos están locos, en tono de chiste. Sin embargo, debido a que la salud mental es el tema número uno de conversación a nivel nacional, reflexioné sobre experiencias personales y llegué a la conclusión de que la “locura” de los gringos va más allá de ser solo un problema de salud pública.

El estigma asociado con los trastornos mentales ha dificultado la búsqueda de soluciones. Podría decirse que las enfermedades mentales son la lepra de nuestra era y como en el pasado, las estructuras sociales mantienen a los afligidos escondidos. Como dice el dicho, “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Los centros de control y prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) afirman que existen más de 200 diagnósticos agrupados bajo el término de salud mental.

Sin embargo, los más comunes son los trastornos de ansiedad y depresión, comportamiento y personalidad, alimentación, estrés postraumático, déficit de atención, bipolaridad, obsesivo-compulsivo, esquizofrenia, espectro del autismo y prevención del suicidio.

De acuerdo con las cifras más recientes de 2015, se estima que 1 de cada 5 estadounidenses (43.4 millones) mayores de 18 años será diagnosticado con un desorden mental anualmente.

Así mismo, se estima que 1 de cada 25 adultos (9.8 millones) son diagnosticados con las definidas Enfermedades Mentales Serias–esquizofrenia, bipolaridad o depresión severa–las cuales discapacitan físicamente e impiden o limitan las actividades de la vida diaria.

Estos pacientes en particular tienen un mayor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, cerebrovascular y cáncer, lo cual produce que en promedio, mueran 25 años antes que el resto de la población.

No obstante, las estadísticas más alarmantes son en referencia al grupo de adolescentes y jóvenes. Primero, la mitad de las personas que padecen alguno de estos trastornos mentales presentan los primeros síntomas antes de cumplir 14 años. Y segundo, el suicidio fue la segunda causa de muerte de individuos en edades entre 15 y 34 años.

Ahora, entre los factores que contribuyen al riesgo de padecer una de estas condiciones se encuentran: desbalance químico cerebral, trauma o abuso infantil, aflicción de enfermedades crónicas como cáncer o diabetes, abuso de drogas, aislamiento y falta de amigos.

Los dos últimos son los que más me llaman la atención y en mi opinión, no solo contribuyen al problema de salud mental en Estados Unidos, sino también son producto de una gran diferencia cultural.

“Pagar a la americana”, es un dicho popular utilizado para indicar que cada miembro de un grupo paga lo suyo cuando sale a cenar o a una fiesta. Aunque suene simple, este dicho revela el carácter individualista de la sociedad estadounidense.

Que quede claro, no estoy diciendo que en Estados Unidos no se pueda hacer amigos porque no acostumbran a invitar. De ninguna manera. Pero, la realidad es que los gringos por lo general piensan en ellos mismos y en su comodidad antes que en los demás. Por esta razón, hasta la vida social la manejan con una agenda. No pueden tomarse un café sin hacer cita previa.

Y si esto es con los amigos, dentro de las familias no existe mucha diferencia. La mayoría de las reuniones son para fechas especiales, y si alguien visita de lejos, el tiempo de estadía no supera dos noches como si fuera un paquete especial de turismo con restricciones.

Muchos estadounidenses, sobre todo adultos mayores, viven en soledad. Más de una vez me ha ocurrido que completos extraños empiezan a hablar más que un perdido y me cuentan detalles íntimos de su vida en una fila de mercado.

Probablemente en nuestro país vivimos metidos en la vida ajena más de la cuenta. Pero sea como sea, considero que el calor humano de los colombianos es la mejor cura para evitar trastornos mentales como la depresión y la ansiedad.

El reto de la vida es difícil y lo es mucho más sin contar con una verdadera amistad. La catarsis que se alcanza cuando un amigo nos escucha sin juzgar, nos ayuda a reconocer la propia humanidad en los ojos de nuestro semejante y así mantener un equilibrio mental. El contacto humano es, sin duda, lo que nos hace mejores humanos.

 

Xiomara Spadafora
Artículos Relacionados
accion de gracias

La magia de la gratitud: Un Viaje a través del Día de Acción de Gracias

vino

Miami será sede de “Blind & Wine,” una experiencia sensorial única para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad

llegar a los 85

Vivir en función de otros: ¡No esperes arrepentirte a los 85! 👵

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Preguntar
Si tienes alguna duda, pregúntanos.
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?