En esta temporada de cambios mundiales que se nos presenta en la sociedad del Siglo XXI, sin duda alguna uno de los temas más sonados es el traspaso de jerarquías que viene ligado a la percepción racial. Lo que la Filantropía de Cultura propone es que miremos todas esas variantes desde uno punto más bien cultural. Al enfocarnos en la cultural logramos explicar el fenómeno del cambio en estos aspectos que muchos quieren encajar debajo de las etiquetas raciales. Es complejo tratar de ponerle una etiqueta racial a un grupo de personas cuando todos sabemos que en la sociedad global del Siglo XXI ya estamos todos conectados por la tecnología y las facilidades de transporte.
La realidad es que racialmente el mundo se va a mezclar y para las siguientes décadas habrá muy pocas personas que sean de una sola raza, seremos todos algún tipo de mestizo. Así que, volquemos nuestros esfuerzos hacia el aporte que representa la cultura. La cultura pasará a ser la forma en la que se denominen los diferentes grupos y habrá líneas difusas entre culturas porque como seres humanos compartimos las mismas necesidades básicas. Lo que este camino hacia el mestizaje global indica es que la diversidad va a pasar naturalmente, ya es una realidad que todos a través de la tecnología vivimos conectados con gente de todas partes. Con la pandemia, además, esa condición de aldea global virtual es ahora aún más común. Es inevitable, ya somos un mundo diversamente conectado.
La igualdad es más compleja porque la disparidad de niveles económicos existe y para llegar a que todos vivan cómodas de la misma manera va a depender de los gobernantes que en este momento tienen control de los recursos financieros de las naciones. La forma de alcanzar esa igualdad individualmente será diseñando nuestra propia definición de lo que es prosperidad para cada uno dentro del contexto socioeconómico al que estamos limitados. No nos podemos comparar con nadie, seremos prósperos dentro de nuestra realidad si asumimos una mentalidad de felicidad en lo que podemos lograr.
La inclusión es la tarea de todos. Esa es la meta que cada ente cultural se puede trazar de activar su Comportamiento Cultural positivo para aspirar liderar bajo el modelo del Liderazgo de Valor Cultural donde se nos llama a que incluyamos la realidad del otro sin juzgar y sin sentir incomodidad visual, más bien y trabajando los prejuicios individuales a cada minuto con el diálogo interno positivo. Es un proceso de autorregulación en el cual somos líderes de valor cultural para proceso de resaltar las tradiciones del otro como su aporte. Esto toma paciencia con nuestros propios hábitos mentales, es un trayecto valioso para hacernos seres humanos de alta gama sensitiva y para hacernos parte del cambio mundial que el mundo está pidiendo a gritos. Nacimos en una era trascendental, lo cual es una oportunidad única para convertirnos en agentes de prosperidad a nivel mundial. #CulturePhilanthropy
Foto portada: Anurag Sharma en Pexels
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