Un día antes de que Rusia y Arabia Saudí inauguren la Copa del Mundo, Donald Trump tendrá los ojos y oídos puestos en Moscú. El 13 de junio se desarrollará allí el congreso de la FIFA que decidirá dónde se jugará el Mundial del 2026: en EE.UU., México y Canadá –que han presentado una candidatura conjunta– o en Marruecos.
“Lo que está haciendo Trump como hombre de negocios que es, en su clásico estilo, es robustecer la postura de EE.UU., en esta ocasión en comunión con México y Canadá por una cuestión coyuntural, pero eso es lo de menos para él. Lo que lo mueve es que puede ser muy beneficioso para su país, recordemos que él siempre ha estado involucrado en la industria del entretenimiento y ha sido exitoso”, dice Octavio Pescador, politólogo y docente de la Universidad de California, Los Ángeles a El Comercio.
Hay dos rocas sólidas sobre las que se asienta la candidatura tripartita de estos países. La primera es que la infraestructura deportiva y hotelera ya está lista como para albergar el torneo incluso mañana mismo.
La segunda remite al Mundial de 1994, realizado íntegramente en suelo estadounidense. En aquel campeonato, se instituyó un récord de asistencia a los estadios en mundiales, imbatido hasta hoy, y los réditos económicos fueron muy jugosos.
Tanto Enrique Peña Nieto como Justin Trudeau se han adherido con entusiasmo a los mensajes de Trump.
“Podemos tener diferencias, pero el fútbol nos une. Juntos apoyamos la candidatura tripartita como sede de la Copa Mundial”, tuiteó hace unos días el presidente mexicano.
“Canadá respalda totalmente la apuesta de América del Norte […] Estamos listos para darle la bienvenida al mundo a un torneo increíble”, escribió el primer ministro canadiense.
Si hasta hoy las sedes mundialistas eran escogidas por los 24 miembros del comité ejecutivo de la FIFA, esta vez las 211 federaciones nacionales afiliadas tendrán derecho a voto.
Se ponen entonces a funcionar las simpatías y antipatías políticas, las promesas e intereses económicos y, cómo no, los rencores guardados. En este punto, algunos expertos ven con expectación –en tiempos de vetos, restricciones y endurecimientos de políticas migratorias por parte de Washington– a dónde irán a parar los votos de las naciones de África (53), Asia (46) y Sudamérica (10).
En marzo del año pasado, Gianni Infantino –titular de la FIFA– se pronunció sin dar nombres propios: “Todos los equipos que clasifican a un Mundial, incluyendo sus aficionados, deben poder acceder al país sede; si no, no hay Mundial”.
La concesión de las sedes mundialistas a Rusia y Qatar dejó seriamente mellada la credibilidad de la todopoderosa FIFA. En pocos días pasará una nueva prueba de fuego.
Fuente: elcomercio.pe
- Marybel Torres: “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina ha convertido en autores a más de 300 personas” - noviembre 14, 2024
- Honrando a nuestros héroes: La esencia del Día de los Veteranos en Estados Unidos - noviembre 6, 2024
- Victoria de Donald Trump: Claves de un triunfo electoral decisivo - noviembre 6, 2024