Estados Unidos miró a Donald Trump primero con escepticismo y después con asombro, pero hoy es ya una gran incógnita electoral que anuncia un comienzo de primarias con resultados impredecibles.
Pocos apostaron hace medio año por las posibilidades en la carrera hacia la presidencia de un multimillonario que en su acto de presentación pronunció insultos xenófobos contra los inmigrantes. Pero a seis semanas del comienzo de las primarias, Donald Trump sigue siendo el favorito entre los candidatos republicanos. Su éxito es el mayor interrogante de la contienda electoral.
En estos últimos meses ha insultado a las mujeres, a los judíos, a los musulmanes, a los medios de comunicación y al resto de candidatos de su partido, y aún así ha sobrevivido a todos y cada uno de los debates. A pesar de que sus afirmaciones harían descarrilar cualquier apuesta por ocupar un cargo público, el empresario sobrevive gracias a sus armas personales.
Trump habla sin hilo aparente, improvisado, sin papeles. Es de los pocos políticos que se permiten el lujo de decir lo que les pasa por la cabeza. En una época de mensajes milimetrados –algunos candidatos consultan obsesivamente con expertos demoscópicos, con asesores de comunicación, con especialistas en imagen antes de lanzar cualquier propuesta, de esbozar cualquier gesto–, este candidato desconoce el horror a meter la pata o a salirse del guión. Declaraciones que habrían hundido las carreras de otros políticos, a él solo le refuerzan.
La fortuna multimillonaria de Trump hace que no necesite grandes inversiones de donantes. Estos días ha anunciado que está dispuesto a gastar más de dos millones a la semana en anuncios electorales. Tampoco está atado a Wall Street. Al contrario que el resto de candidatos, demócratas o republicanos, Trump financia la campaña con sus propios fondos y no acepta dinero de multimillonarios que, con sus donativos, intentan influirle.
El resultado es una fórmula a la que Estados Unidos miró primero con escepticismo y después con asombro, pero hoy es ya una gran incógnita que anuncia un comienzo de primarias con resultados impredecibles.
Los sondeos identifican al hombre del imposible flequillo rubio como el candidato preferido de los votantes republicanos para enfrentarse a los demócratas –la candidata favorita es la exsecretaria de Estado y ex primera dama Hillary Clinton– en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2016.
Nacido hace 69 años en Nueva York. Hijo de Fred Trump, un constructor descendiente de inmigrantes alemanes. Formado en una escuela militar. Playboy y habitual en las páginas rosas desde los años setenta. Autor de best sellers como “El arte de la negociación” o “Cómo hacerse rico”.
El psicoterapeuta Joseph Burgo es el autor de The Narcissist You Know: Defending Yourself Against Extreme Narcissists in an All-About-Me World (El narcisista que conoces: defiéndete ante los narcisistas extremos en un mundo que solo gira en torno a mí). Burgo define a Trump como un “narcisista extremo”.
“El atractivo de Trump”, continúa Burgo, “es un producto de los tiempos inciertos en los que vivimos. Durante periodos de convulsión social, de inseguridad financiera y amenazas de violencia, los seres humanos regresamos a una mentalidad de blanco y negro, de nosotros contra ellos. Enfrentados a problemas complejos y aparentemente insolubles, buscamos respuestas simples que resuelvan nuestras ansiedades. Suspiramos por un líder fuerte que nos haga sentir seguros. A muchos individuos, la personalidad grandiosa y desagradable de Trump les parece un signo de fuerza. Su confianza en sí mismo y sus respuestas simplistas – construye un muro, bombardea [a los terroristas] hasta hacerles trizas – hacen que muchos votantes desencantados crean que él sabe exactamente qué hacer”.
En medio de este torbellino electoral, aparece el “Trump Filter”, el cual se anuncia como un antídoto para la candidatura tóxica de Donald Trump que crea una mejor experiencia en internet sin la presencia del empresario. Esta app fue lanzada apenas este 24 de diciembre pasado y fue desarrollada por Rob Spectre.
El objetivo de Spectre con esta extensión es quitarle la atención a Trump para que los ciudadanos estadounidenses puedan conocer mejor a los demás candidatos además de poder aprender sobre las problemáticas. Esta app se puede utilizar en tres niveles de filtros que son leve, agresivo y vengativo, en el primero bloquea las menciones a Trump y en los más altos bloquea sitios completos.
Fuente: elpais.es
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