Treinta y cuatro años es una larga trayectoria para una pareja donde el amor es el eje transversal de sus vidas y las Constelaciones Familiares, el hilo que los une. Diana Margarita Escobar Sánchez y Anatolio Dueñas Fernández se dedican con pasión a sanar las almas de familias mexicanas de los graves problemas que enfrentan como narcotráfico, adicciones, violencia, tristezas y desesperanzas.
“Somos testimonio de cómo una familia cuando cada quién ocupa su lugar, puede tener una vida armoniosa y fluye el amor. Con esta idea comenzamos el Centro. Con la idea de decir, ¿sabes qué? A mí me ayudó mucho, me hizo, ser más feliz el día a día, más tranquila con más fuerza y esto lo queremos compartir, porque mientras más personas sean felices, mejor vamos a estar todos”. Así nos relata Diana lo que ha significado en la vida de su familia, dedicarse a promover las Constelaciones Familiares.
Refiere Anatolio que hace catorce años un amigo médico los invitó a una conferencia de Bert Hellinger y sin ningún conocimiento de las Constelaciones, desde su óptica de antropólogo, vivenciaron una experiencia única que les cambio su manera de abordar la vida y promover la paz, la salud y esperanza a las familias.
“Nosotros no sabíamos nada de él, ni de las constelaciones familiares. Así que al llegar, nuestra primera impresión fue que se llenó tanto el gimnasio y tuvimos que quedarnos en otro salón y verlo en videoconferencia. Lo cual ahora lo vemos como una ventaja, ya que podíamos ver los rostros y las expresiones de los participantes en las constelaciones por estar muy cerca de la pantalla. Pensamos, “están actuando”, “que cosas son estás”.
Diana nos narra desde su experiencia cómo fue su primer acercamiento a las Constelaciones Familiares. “Poco a poco fuimos sumergiéndonos en lo más profundo del alma y su dolor, aún sin comprender nada. De pronto el maestro (Hellinger) realizaba algunos movimientos, le pedía a las personas que dijeran frases que resonaban en nuestra columna vertebral y más allá. Ahí conocimos lo que es un grito desgarrador, que expresa que tan inimaginable puede llegar a ser un gran dolor. Y seguíamos sin comprender nada con la cabeza, pero todo con el alma. Sin embargo, al terminar el trabajo, algo cambió en cada uno de nosotros. Y el ambiente que se generó es de cansancio en el cuerpo, y plenitud en el estado de ánimo. Fue así como conocimos las Constelaciones Familiares”.
Formar para servir
A partir de esta experiencia Diana y Anatolio o Anatolio y Diana -cómo ellos mismos se nombran- comenzaron su formación en la Universidad Multicultural Doctor Emilio Cárdenas en Ciudad de México. “Era una aventura viajar desde Puebla a la Ciudad de México, una vez al mes, en cada módulo ir descubriendo ¿Quiénes somos?, ir descubriendo nuestras implicaciones, nuestros dolores cada vez más profundos. El hacer un camino en el crecimiento personal junto con tu pareja requiere valentía, acompañamiento, pero sobre todo amor”.
“El primer libro que leímos de Bert fue: Reconocer lo que es. Diana dejó de fumar y Anatolio a entender el porqué de nuestros asuntos de pareja. Y comenzamos nuestro camino de querer liberar secretos, de buscar excluidos, de intentar vacunar al mundo contra estos maleficios, etc. Aún no sabíamos que todo se empieza a acomodar cuando somos capaces de asentir al destino. Así fue como decidimos formarnos como consteladores. Porque no podemos dar, lo que no hemos tomado. Y como todo lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida, decidimos hacerlo juntos”.
Y eligieron trasmitir esa herramienta para ayudar a sanar los problemas que surgen cotidianamente en las familias. “No necesitamos sentirnos terriblemente mal para sacarle provecho a las constelaciones, funcionan también como una manera de prevención de asuntos complejos. Por lo que al realizar talleres de temas específicos, podíamos afrontar aquellos pequeños detalles para que no se convirtieran en grandes problemas. Por ejemplo el Taller Vivencial de “Solo amamos lo Imperfecto”, en el que descubrimos junto con los asistentes que dejar el perfeccionismo, es una fuente de sanación”, precisó Diana.
“Creamos “Constelaciones ANDAL”, que son movimientos sistémicos accesibles para todo público y directamente relacionados con un tema específico, que ayudan a encontrar nuestro lugar en el sistema, a mirar lo que no hemos visto, a incluir…”
Uno de los hijos de Anatolio y Diana, Luis Dueñas Escobar siguió el camino de sus padres y especializándose en Psicología, forma parte de Constelaciones ANDAL. “Hemos observado las desintegraciones de las familias que no pueden funcionar bien y las Constelaciones familiares traen el Orden para que se restablecer los vínculos lastimados. Trabajamos en diferentes estados de la República: Bajío, Querétaro, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Cuernavaca”
“Recientemente en el Bajío, hubo una guerra que se llamó de Los Cristeros y las emociones que de alguna manera se quedaron fue el miedo y la tristeza. También ofrecemos servicio social a poblaciones vulnerables en conjunto con una organización indígena en Guerrero y mis padres, trabajan con una organización de los niños y chicos adictos, jóvenes de secundarias”.
“En constelaciones tenemos unos principios que son los “órdenes del amor” y esto permea a toda la población del mundo. Nosotros que hemos tenido la fortuna se trabajar con grupos indígenas en Tijuana, donde el narcotráfico es severo, sin embargo, hemos podido atender directamente a las familias, dirigimos la mirada a la persona que está más cercana a ella y cómo podemos acompañarla, dándole el lugar y eso opera para todos”, explicó Luis.
Ceremoniales Sistémicos
Una de los grandes aportes de la sociedad mexicana al mundo occidental son sus ancestros, su cultura y tradiciones. La familia conformada por Anatolio y Diana integraron esos conocimientos de sus antepasados para hacerlos vida junto a la filosofía de las Constelaciones Familiares. “Acompañados por la Formación en Medicina Tradicional del Anáhuac, como pareja hemos incluido estos dos principios de sanación en nuestro trabajo. Les llamamos Ceremoniales Sistémicos. Donde aflora la sabiduría de nuestras raíces ancestrales y Los Órdenes del Amor de Bert Hellinger”.
“En un Ceremonial de Boda hacemos el ritual de la Quema de Leña, donde al novio, los hombres de su sistema le entregan la energía masculina y a la novia, le entregan las mujeres de su sistema la energía femenina. Acomodándose cada uno en su lugar después de reconocer de donde vienen y que van a aportar a la pareja, hacen un recorrido donde a cada paso que dan, se acercan al compromiso de vivir en pareja. En toda la ceremonia hay cantos, flores y la participación de ambos sistemas»
Para Diana Margarita su familia es la prueba fehaciente que las Constelaciones Familiares más que una herramienta es una filosofía de vida que contribuye a encontrar un camino de esperanza para la paz y la reconciliación. “Nuestro principal aporte a las Constelaciones Familiares, es nuestra pareja. Hemos trabajado juntos desde que teníamos 18 años. Esta integración y sintonía que nos ha dado el tiempo, nuestras experiencias y principalmente nuestro amor y respeto mutuo, nos permite el día de hoy Constelar, dar terapia, dar talleres, hacer Ceremoniales Sistémicos, y más, siempre juntos”.
Facebook: Constelaciones Familiares Andal
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