Mientras los altos y medios funcionarios del régimen establecido en Venezuela se dan la gran vida comiendo en los restaurantes más caros con exquisita gastronomía, el pueblo hace largas colas para adquirir la dieta básica, cuando se consigue, en una desordenada peregrinación donde han resultado muertos, heridos por las golpizas, así como saqueos en los locales de venta de comestibles. Es una vida dura que le ha correspondido enfrentar a los venezolanos, bajo la dictadura comunista en la que solamente tienen resultados positivos la miseria y la pobreza.
Madres profesionales han tenido que ocupar empleos inapropiados o nada acordes con su capacidad, después de haber estudiado en universidades reconocidas del país, hoy son los mismos centros de estudios que el régimen autoritario quiere acabar y convertirlas en una fábrica para piratas, toda vez que atenta contra la moral y la autonomía inscrita en la constitución venezolana, con el único propósito de aniquilar por ejemplo a la Universidad Central de Venezuela, con un verdugo judicial de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
A partir de este nuevo episodio en la dictadura de Venezuela, transcurren casos como el de dos mujeres profesionales que casualmente se encontraron en una venta de alimentos a media mañana para cumplir con la primera comida del día, un desayuno discreto por los elevados costos y el disminuido poder adquisitivo. Una de ellas, estaba sentada en una mesita, saboreando un “mocaccino” con un paquetito de galletas Kraker; la otra, pidió permiso para compartir la mesa.
-Si claro, no hay problema, respondió Carmen Luisa.
-Es por si estaba esperando a alguien, le dice tímidamente Veronika
-Nada de eso, bienvenida, dijo amablemente Carmen Luisa.
Ambas estuvieron unos minutos degustando su desayuno, Veronika a diferencia de Carmen Luisa pudo comprar una empanada a precio de manjar exquisito, porque la masa es un artículo de lujo en estos tiempos, además del relleno, si es con queso, termina siendo un caviar. Continuaron dialogando sin conocerse, como dos amigas entrañables y comenzó la confesión:
V -Ya es imposible comer, todo caro y no se consiguen los productos
CL-Ni que decir de empleo, fíjate que yo ni la empanada me pude comprar porque no me alcanza el dinero y lo que me quedó es para tomar el bus.
V –Tuve que decidir trabajar en lo que sea.
CL -¿En lo que sea? ¿Cómo es eso?
V –Bueno, soy encargada de una peluquería porque tengo una niña de ocho añitos y es autista, ella necesita cuidados, el colegio y tratamiento especial.
CL -¿Y cuál es tu profesión?
V –Soy periodista, estuve viviendo en España y por el desempleo de más de seis millones de personas, mi esposo y yo nos tuvimos que regresar a Venezuela. Entonces una amiga que tiene una peluquería me propuso que me encargara y ahí estoy trabajando por mi hija. Mi esposo a duras penas también está esforzándose ante este desempleo que hay en el país.
CL –Caramba, te considero, no es para menos tener que salir a luchar a la calle cuando se tiene hijos y en tu caso especial.
Ambas terminaron intercambiando teléfonos con la seguridad de volverse a encontrar, y quizás, como le advirtió Carmen Luisa a Veronika: “Si hay oportunidad de trabajar en esa peluquería me avisas porque yo también soy profesional, desempleada y puedo ayudar mientras esas peluquerías no cierren como ha pasado con otros comercios”.
V –Seguro, te aviso si sale algo.
Entre penurias, baja calidad de vida y caminando como lazarillos buscando comida transcurren los días de los venezolanos. Las universidades serán fábricas de salchichas, porque la meritocracia forma parte del capitalismo y mientras más ignorante sea el pueblo, mayor vigencia para el comunismo. Dos profesionales se despidieron con el amargo sabor de no poder hablar de proyectos y metas, la política les cambió hasta la manera de desayunar.
Susana Morffe
@susanamorffe
- El aborto y la fertilidad enfrentan a la humanidad - junio 5, 2019
- Clarivis del Valle Villarroel Millán: «Cuando dibujo soy feliz» - abril 9, 2019
- ¿Por qué debemos vivir con aceptación? - agosto 23, 2018