La velocidad a la que se presentan algunos hechos, la presión social y la exigencia que nosotros mismos nos imponemos para resolver los retos es tal que terminamos por padecer «ceguera de taller» Ese momento en el que podríamos tener la respuesta a nuestros problemas justo frente a nosotros pero que ante la desesperación terminamos por ignorar.
La invitación es a que cuando te encuentres en una situación como esta, des un pequeño paso a la izquierda y analices el mismo reto, pero desde una perspectiva completamente diferente, tal vez lo podrás analizar desde el punto de vista de algún otro de los involucrados.
Por ejemplo, si tienes un problema de negocios, podrías comenzar por analizar cómo este problema es percibido desde los ojos de tu socio, o de tu cliente o bien de algún mentor al que admires y respetes.
Este pequeño cambio de perspectiva te permitirá abstraerte por un momento de esa situación y analizarla con «ojos nuevos», permitiéndote encontrar nuevas oportunidades para resolverlo. Así mismo, este ejercicio lo puedes realizar en problemas de pareja o prácticamente en cualquier situación que estés enfrentando y que pudiera verse beneficiada con un enfoque diferente.
Por si fuese poco, otro de los beneficios de esta técnica es que nos permite esperar antes de actuar, esto lleva regularmente a una mejor estrategia que en muchas ocasiones nos evita problemas por tomar decisiones apresuradas.
Así que ya lo sabes, si tienes un problema que sientes que no has podido solucionar o que simplemente es más complejo de lo que pensabas, da un paso a la izquierda y analízalo desde ahí.
- Por qué debemos ser como el faro - julio 23, 2018
- El reconocimiento: clave del liderazgo empresarial - julio 19, 2018
- ¿Qué es un migrante generacional y cómo identificarlo? - julio 10, 2018
