No todo se trata de hamburguesas, pizzas y albóndigas a la hora de referirnos a la cocina norteamericana. Realmente, un país tan grande y con un crisol de culturas en auge, cuenta con muchas más delicias. He aquí algunas. Anímense a probarlas.
Comencemos con el tan apreciado Cornbread o pan de maíz norteamericano. Generalmente se usa como elaboración salada, aunque también como base para recetas dulces.
No es un pan apto para celíacos, mezcla de maiz y trigo. No necesita fermentación, es ideal para acompañar carnes con salsas, como por ejemplo el tradicional meat & three de los estados del Sur, donde este pan es todo un clásico.
Suele servirse con sopas y si lo untan con un poco de mantequilla aliñada es un bocadillo excelente. Si quieren darle un toque especial pueden usar quesos fuertes o hierbas aromáticas al momento de preparar la masa para darle un toque personalizado.
De los estados sureños destacamos al Jambalaya, plato estrella de la cocina cajún y la criolla. Un gran representante de la gastronomía de todo el país.
Los cajunes provienen de los franco-canadienses expulsados de Nueva Escocia en 1755. Muchos llegaron al estado de Louisiana aportando sus tradiciones culinarias.
Nueva Orleans con toda esa influencia logró una cocina criolla donde se fusionan las tradiciones caribeñas e italianas, dando origen a una cocina muy urbana. Con toda esa riqueza culinaria, pueden probar la sopa gumbo y el jambalaya, ambos icónicos.
Al igual que la paella española, el jambalaya presenta variantes, ya que es es un plato muy versionado en cada hogar sureño. En la versión cajún no lleva tomate y en la criolla si. El ingrediente esencial es el jamón, de allí su nombre, y el arroz. También le aportan sabor el cerdo, las salchichas, el pollo y los camarones. Eso sí, es un platillo donde las especias bien combinadas lo elevan magistralmente.
Si buscan calentarse, nada como una sopa de almejas de Manhattan. En la cocina estadounidense destacan las sopas para hacer frente al clima ventoso o invernal.
Este clásico se prepara con caldo claro, especias, verduras, tomates y almejas, y se sirve sobre todo en los restaurantes de Nueva York, Rhode Island y los estados cercanos.
Es diferente a la sopa de almejas de Nueva Inglaterra, que incluye papas. Es posible que la migración italiana sirviera de base para crear esta extraordinaria sopa que se consume también en los meses fríos.
De la infuencia inglesa, rescatamos a los clásicos scones, que en Estados Unidos tienen su propia versión y muy alejada del panecillo tan conocido en Reino Unido.
Los bollos se elaboran con mantequilla de textura suave con copos de avena en su base para una masa densa. El resultado es un bollo quebradizo y tierno al gusto. Ideal para consumir en desayunos, meriendas y breaks. Se comen solos o con uvas pasas y en cualquier cafetería los encuentran.
Y si buscan un postre, más allá de la tradicional Cheese Cake estilo Nueva York, pueden cambiar y atreverse con un S’more, todo un clásico de la cocina norteña con marshmallows o malvaviscos.
Se prepara muy fácil. Un par de galletas tipo Graham (únicamente) en cuyo interior va el malvisco tostado con una capa de chocolate con leche de tableta derretida por el calor del marshmallows. Toda una inmersión dulce con sabor fiestero, de encuentros al aire libre y fogatas.
¿Se atreven a probarlos?
También pueden animarse a encender fogones con esta receta del clamchowder.
https://www.lanota-latina.com/un-clam-chowder-para-calentar-el-alma/
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