Crecen peligrosamente blogs y foros pro-anorexia | La Nota Latina

Crecen peligrosamente blogs y foros pro-anorexia

Se trata de una comunidad que habla de un enfoque alternativo de la vida, una contracultura que se rebela al aparato médico, una apuesta perversa a la fuerza de la voluntad.

Cuando salgas, lleva muy poco dinero, o sólo el suficiente para comprar cualquier cosa que no sea comida que quieras. Así será más difícil comprar comida en un impulso. Usa una banda elástica en tu muñeca y chasquéala cada vez que quieras comer. Comida = dolor. Los amigos sólo se entrometerán. Evítalos hasta que hayas logrado tus objetivos.

Así de escalofriantes son los contenidos de los blogs, los foros y las cuentas de redes sociales Pro-Ana: espacios escritos por mujeres anoréxicas que describen lo que les sucede no como una enfermedad sino como un estilo de vida.

«La anorexia provoca una especie de muerte del alma, y algunas veces lleva a la muerte de verdad», dijo Nina Savelle-Rocklin, psicoanalista especializada en trastornos de alimentación, autora del blog Make Peace With Food (Haz las paces con la comida). «Estos sitios Pro-Ana contribuyen a promover un suicidio lento, y el sentido de comunidad que fomentan de ningún modo facilita un crecimiento o un cambio saludable».

Anorexia

Rachel Rodgers, profesora de Psicología de la Universidad de Northeastern, complementó: «Estos sitios describen estos trastornos como elecciones de vida y no como enfermedades. Los trastornos de alimentación se caracterizan por altos niveles de negación, y eso se refleja en estas posiciones».

Desde esa perspectiva acaso resulte más turbador que, dada la facilidad que brinda la tecnología, estos espacios se han multiplicado en los últimos años y se han convertido en zonas de encuentro y consejo que hunden a las víctimas más profundamente en su mal.

Fuerza, logro, meta, voluntad, perfección: esas palabras se repiten en las publicaciones Pro-Ana. Y acaso queden pocas entre las que se asocian menos a una enfermedad que causa baja del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, reducción de la densidad de los huesos, pérdida muscular, deshidratación que puede dañar los riñones, desmayos y fatiga en general, y sequedad de piel y pelo, que también se cae.

En los Estados Unidos se estima que 20 millones de mujeres y 10 millones de hombres sufren de un trastorno de alimentación diagnosticable en algún momento de la vida. Muchas otras personas, además, se sienten insatisfechas con su cuerpo: un camino habitual a la estadística más peligrosa, que comienza en la escuela primaria, cuando entre el 40% y el 60% de las niñas manifiesta alguna preocupación sobre su peso.

«Los trastornos de alimentación son un intento por resolver un problema psicológico mediante la acción física (en este caso, restricción, ejercicio en exceso, purgas, y así)», describió Savelle-Rocklin, quien también tiene un canal en YouTube. «Quienes visitan esos sitios necesitan un lugar que las estimule a reflexionar sobre por qué sienten la compulsión de hacer lo que hacen, y buscar ayuda profesional en lugar de compartir ideas que intensifican el problema».

Fuerza, logro, meta, voluntad, perfección: esas palabras se repiten en las publicaciones Pro-Ana. Y acaso queden pocas entre las que se asocian menos a una enfermedad que causa baja del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, reducción de la densidad de los huesos, pérdida muscular, deshidratación que puede dañar los riñones, desmayos y fatiga en general, y sequedad de piel y pelo, que también se cae.

En los Estados Unidos se estima que 20 millones de mujeres y 10 millones de hombres sufren de un trastorno de alimentación diagnosticable en algún momento de la vida. Muchas otras personas, además, se sienten insatisfechas con su cuerpo: un camino habitual a la estadística más peligrosa, que comienza en la escuela primaria, cuando entre el 40% y el 60% de las niñas manifiesta alguna preocupación sobre su peso.

«Los trastornos de alimentación son un intento por resolver un problema psicológico mediante la acción física (en este caso, restricción, ejercicio en exceso, purgas, y así)», describió Savelle-Rocklin, quien también tiene un canal en YouTube. «Quienes visitan esos sitios necesitan un lugar que las estimule a reflexionar sobre por qué sienten la compulsión de hacer lo que hacen, y buscar ayuda profesional en lugar de compartir ideas que intensifican el problema».

Fuente: infobae.com

Redacción La Nota Latina
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