He escuchado muchas personas decir lo siguiente: “Mi cabeza es un mundo que parece girar desenfrenadamente. La mayor parte del tiempo llegan a mi mente pensamientos de preocupación y en muchos casos hasta fatalistas. Parecería no hay forma de evitar los pensamientos negativos. Es como si mi mente tiene vida propia.” Este enunciado parecería exagerado, pero no lo es. Es probable que tú también lo hayas escuchado y quién sabe si a veces también lo hayas expresado o te hayas sentido así.
Esta forma de pensar es más común de lo que imaginamos y se trata en pocas palabras de las conversaciones mentales o historias desarrolladas largamente en nuestra cabeza. Las mismas están basadas en lo que elegimos pensar.
Ya ha quedado mostrado el extraordinario poder que tienen los pensamientos, tanto los positivos como los negativos. Estos últimos tienden a ser como bolas de nieve que aparecen en forma sutil y de pequeño tamaño, y poco a poco se van tornando cada vez más invasivos y abrumadores hasta convertirse en toda una narrativa mental que rige nuestras vidas, desde la forma en que sentimos hasta nuestras acciones.
Los pensamientos negativos pueden aparecer en variedad de formato: miedo, culpa, ansiedad, preocupación, distorsión, asociación negativa, dudas, pesimismo, angustia y la lista puede continuarse. No obstante, todos y cada uno de estos mencionados podemos categorizarlos como “pensamientos limitantes” pues al final todos estos pensamientos terminan causando grandes limitaciones en las diversas esferas de nuestras vidas. Son pensamientos construidos a través de la interpretación de la realidad de una manera que limita nuestro desarrollo y nos abstiene de lograr aquello que deseamos. Por eso se llaman creencias limitantes, pues propician en nosotros percepciones erróneas de la realidad y nos impiden crecer y desarrollarnos como personas altamente capaces y seguras de nuestras decisiones, manejos y actuaciones.
Por lo general, estas creencias se originaron durante nuestra infancia y de alguna manera se han continuado nutriendo en forma inconsciente en nuestra adultez. En la gran mayoría de casos no se basan en verdades o hechos demostrables a través del raciocinio, sino que son pensamientos que pasan a estar asociados a ideas o sentimientos que tomamos como ciertos a pesar de no serlo, y a medida que crecíamos fuimos reforzando más y más. Es entonces cuando este pensamiento o creencia limitante se convierte en una verdad que nosotros mismos hemos construido y damos ya por bueno y válido.
En mi programa “Mente en Vertical” he tenido la oportunidad de trabajar y demostrar cómo estas creencias limitantes o conversaciones negativas en nuestra mente pueden bloquearnos y afectarnos sin siquiera darnos cuenta. Es de vital importancia poder trabajar con ellas y aprender a “desmontarlas”, término con el cual hago referencia al ejercicio de comprobar la veracidad de las mismas y efecto específico en la calidad de nuestra vida diaria.
A continuación, te comparto algunas acciones claves para que puedas contrarrestar los pensamientos negativos y creencias limitantes que puedan estar impactando tu vida desfavorablemente y parar de inmediato con este tipo de narrativa mental:
1- Identifica qué estás pensando. Necesitas mantenerte bien en alerta ante los pensamientos descalificantes sobre ti, tus planes, tus acciones o cualquier aspecto de tu vida.
2- Reemplaza el pensamiento negativo o de descalificación por un pensamiento positivo o de motivación y estímulo.
3- Trae a tu mente momentos previos y recuerdos de alegría, celebración, disfrute y cualquier experiencia placentera previa para ayudarte a conectar con emociones que te hagan sentir gratitud y bienestar.
4- Haz una lista de posibles nuevas creencias o afirmaciones positivas sobra ti y los aspectos más importantes de tu vida, e intégralas en tu narrativa diaria.
Como puedes ver, los seres humanos tenemos la capacidad de pensar y alimentar los pensamientos que escojamos. Algunas personas piensan que los pensamientos no se controlan, pero esto es completamente falso. Todos tenemos capacidad de elegir eso en lo que queremos pensar, y el poder de cambiar nuestro pensamiento en cualquier momento que así lo deseemos. Se trata de recordar que mantener una conversación mental negativa y alimentar pensamientos limitantes, lejos de beneficiarnos, nos debilitan, desaniman y drenan nuestra energía y ánimo.
No se trata de evitar que lleguen los pensamientos negativos, pues a veces pueden aparecer inevitablemente. Pero se trata de qué vamos a hacer cuando los mismos aparezcan: Si alimentarlos y darle cabida a una conversación mental en deterioro de nosotros mismos, o si vamos a detener la conversación y a reemplazar estos pensamientos inútiles por pensamientos positivos, entablando una conversación amorosa y de automotivación en nuestro interior.
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