Los Mast Brothers no son unos simples fabricantes de chocolate artesanal, sino los mayores emblemas de este tipo de producto alimenticio en Estados Unidos
Dos hermanos de Iowa con aspecto de leñadores sensibles que se mudan a Brooklyn, aprenden a hacer chocolate estudiando los métodos de los Incas, abren una fábrica en Williamsburg y acaban convirtiéndose en la marca de chocolate artesano más popular del país.
Los hermanos Mast se convirtieron en poco tiempo en los nuevos dioses del chocolate, probando, lamentablemente, que una estrategia de mercadeo bien elaborada puede esconder, tras una buena fachada, un contenido engañoso.
El éxito de los hermanos Mast se había erigido en un discurso que se posicionaba dentro del movimiento conocido como «bean to bar» (del grano a la barra), apoyado en las nuevas tendencias gastronómicas que buscan trabajar con insumos que tomen en consideración toda la cadena de valor que involucra la creación de un producto. Es decir, desde el origen del insumo, el reconocimiento del productor, el comercio justo, el cuidado del medioambiente y la fabricación artesanal.
Con las distancias económicas que supone la fabricación de productos artesanales y de origen en comparación con aquellos fabricados masivamente, los hermanos Mast consiguieron elevar sus precios y hacerse celebridades del mundo gastronómico. Sin embargo, a inicios de este mes, el blog gastronómico DallasFood difundió una investigación en la que se afirma que el chocolate hecho por los hermanos Mast no cumple las condiciones para catalogarse como «bean to bar», o por lo menos no lo hacía en sus inicios.
En el post, titulado «Mast Brothers: What Lies Beneath the Beards» («Hermanos Mast: Las mentiras detrás de las barbas») y publicado en cuatro entregas, se presentan una serie de pruebas que verifican que en un principio los Mast fundían chocolate de Valrhona, un fabricante industrial francés, para preparar sus barras y no lo hacían desde cero como aseguraban.
Los “Milli Vanilli del chocolate”, como escribe Scott, el autor de la investigación. Scott –así, sin apellido –, es un renombrado bloguero gastronómico que, en 2006, ya desenmascaró a otro marca de chocolate artesana, Noka, por no vender el producto que anunciaba.
La acusación a los Mast es la misma: vender el chocolate de otra marca a un precio considerablemente más alto.
Asimismo, según la investigación de DallasFood, cuando los hermanos intentaron hacer su chocolate como originalmente habían aclamado hacerlo: solo con cacao y azúcar, el cambio de sabor y textura fue tan notorio que el consumo disminuyó considerablemente.
El inmenso éxito de los chocolates de los hermanos Mast no habría podido sustentarse de no haber sido apoyado en un discurso que legitimase el compromiso por ofrecer un producto que valore cuidadosamente el insumo, por ello este descubrimiento causa controversia: es un dilema de carácter ético, pero al mismo tiempo pone sobre la mesa la discusión sobre la veracidad de los productos que se comercializan como artesanales y evidencia el hecho de que aún no hay referentes claros para definir la calidad de los chocolates orgánicos.
Fuente: elcomercio.pe
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