En Venezuela y no estoy segura si esa costumbre aplique a otros países latinoamericanos, hace unos 30 años, los hombres que se sentían mujeres esperaban los carnavales y se disfrazaban de negritas. Bajo oscuros enterizos, ajustadas falditas, pelucas alborotadas, el rostro tapado por una malla que dejaba solo agujeros para los ojos, los orificios nasales y la boca que se pintaban en rojo carmesí, salían a las calles para disfrutar de estas fiestas y sacar a la mujer que llevaban dentro.
Era el momento de sentirse libres dirán, porque en aquel entonces, la discriminación hacia esa condición era evidente. Tengo amigos que sufrieron mucho. Luego de que pasaban las fiestas del Rey Momo, quedaba en la calle la pregunta: «¿La negrita que se acercó ?»
Como decía mi papá “cada que se toque sus partes”. Y ustedes dirán, ¿a qué viene todo este cuento de las ‘negritas’, , y el refrán de tu progenitor? A que mi recordado y amado «Concho» decía que las decisiones de cada persona son propias y que nadie se puede meter en eso hasta que nos afecte. Y en este caso, me atañe y a ustedes también, porque algunos tendrán niños pequeños, sobrinos y nietos. Particularmente espero tener nietos y no quisiera que tomaran decisiones equivocadas.
Pues allí les va. En los últimos tiempos he visto cómo se les está programando la mente a nuestros niños a través de los medios, en películas, e incluso en las escuelas con cuentos infantiles, donde les muestran posturas sobre una determinada preferencia sexual cuando ni siquiera tienen la capacidad mental para decidir. Ante nuestros ojos, los están confundiendo y como decía Cantinflas, «ahí está el detalle». Que hagan con su vida lo que quieran, pero cuando tengan la capacidad de discernir si eso es lo que quieren o no. No se metan con los niños, por favor.
Las alarmas se encendieron cuando leí la impactante historia de la californiana Cole, una adolescente de 17 años que, hace cuatro años, inició su proceso de transición de sexo cuando solo tenía 13 años. Hoy se arrepiente de haber tomado esa decisión. Estos procesos, además de dolorosos, son irreversibles. Actualmente, ha expresado su arrepentimiento por las decisiones que tomó tan joven y comparte públicamente su historia con el propósito de orientar y evitar que otros niños comentan su mismo error.
Lo que me llamó la atención de esta historia es cómo las decisiones cruciales, especialmente relacionadas con la identidad de género, pueden tener un impacto profundo y, en algunos casos, irreversible en la vida de una persona. , a los 15 años, se sometió a una doble , una intervención que hoy considera precipitada y con riesgos adicionales para su salud. Su relato me hizo reflexionar sobre la importancia de permitir que cada individuo tome decisiones fundamentales en su vida de manera consciente y madura, no cuando son niños y adolescentes, cuya capacidad de discernimiento aún se encuentra en desarrollo.
La historia de resalta la relevancia de informarse y reflexionar antes de tomar decisiones que puedan tener consecuencias significativas. La decisión de cambiar de género es un tema complejo y altamente individual. En muchos casos, a la edad de 12 años, la mayoría de las personas aún están en desarrollo emocional y cognitivo. Además, subraya la necesidad de un cuidadoso proceso de evaluación por parte de profesionales de la salud mental y médicos especializados antes de realizar intervenciones médicas de esta magnitud.
Este mensaje no busca imponer puntos de vista ni que me puedan tildar con la palabra de moda “homofobica”, no, sino abrir un espacio para la reflexión sobre cómo acompañar y orientar a las nuevas generaciones en temas tan sensibles como la identidad de género. El papel de los padres es crucial.
En la Biblia, ese gran libro al que siempre hacemos referencia el Salmo 127:3 dice: «He aquí, herencia de Jehová, son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre», el cual resalta la idea de que los niños son un regalo precioso de parte de Dios, y la responsabilidad de cuidarlos es algo de gran estima. En tal sentido, destaca la importancia de protegerlos y guiarlos a los más jóvenes en la sociedad.
Gracias, gracias, gracias por leerme, compartir nuestros relatos y publicitarse con nosotras. Recuerden que aquí estamos para redactarles una nota de presentación, la entrevista que les ayudara a potenciar sus marcas, llevarles sus redes sociales desde cero o escribirles su historia y convertirla en un libro.
Pueden leer en La Nota Latina/La Nota-Latina.com
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