¿Cómo se genera la gestión del conocimiento en las universidades?

Gestión del Conocimiento para muchos es un término críptico y sin sentido, pero en la realidad es la base actual del éxito de las organizaciones universitarias, por no decir de todas las organizaciones.

Las organizaciones educativas más exitosas se basan en su activo principal que son sus profesionales o sea en la capacidad de crear, innovar, desarrollar nuevos conceptos en base a los problemas que se presentan en la organización día a día, pero sobre todo en base a compartir el conocimiento a través de toda la organización .

¿Cómo se genera este ciclo de captar, almacenar y compartir conocimiento?

Es ampliamente conocida la propuesta de Nonaka y Takeuchi sobre el ciclo social del conocimiento el cual refiere de forma básica a que llegamos a las organizaciones con un conocimiento implícito (propio) que se basa en nuestra experiencia, cultura, formación, nivel intelectual etc., que nos permite acometer determinado tipo de tareas, lo convertimos en conocimiento explícito y posteriormente en conocimiento estructurado que sea de fácil uso para todos los miembros de la organización.

Al enfrentar una nueva cultura organizacional y las necesidades de la organización de una manera creativa e innovadora el conocimiento implícito crece en nosotros por las nuevas experiencias adquiridas y se trasforma en resultados, que con el crecimiento sostenido de la organización crece en forma de espiral.

A partir de este momento, para la organización educativa es extremadamente importante que el quehacer diario y creativo de sus profesionales se refleje en productos concretos, medibles y tangibles como son reportes, artículos, metodologías, políticas y procedimientos, libros, manuales, guías, modelos, bases de datos, software etc., es decir, que se haga explícito el conocimiento que se genera, lo cual representa la segunda fase del modelo de gestión del conocimiento antes señalado.

La tercera fase, es la fase de estructurar y compartir este conocimiento a través de la creación de una Base de Conocimientos de la Universidad. De nada nos sirve que uno de nuestros profesionales sea brillante “para sí mismo” no concretando ningún tipo de producto intelectual y compartiéndolo sistemáticamente con el colectivo universitario en forma abierta y constructiva. Es un error pensar que eso hace imprescindible a alguien. Es en este punto donde radica verdaderamente el punto de inflexión entre una organización tradicional y una organización intensiva en el manejo del conocimiento u la denominada organización inteligente.

Estimados colegas, no crean que hacen un bien a su universidad escondiendo un libro, un procedimiento o una metodología, o lo que sea producto del trabajo diario. Al final del día, como dicen mis hijos, todo está en internet y es el proceso de construcción intelectual lo que nos conduce a un resultado tangible para la comunidad universitaria. Lo que nos puede diferenciar hoy de otras instituciones educativas es nuestra competencia de colaborar y compartir nuestro conocimiento y nuestras destrezas entre todos los miembros de la universidad creando una Base de Conocimiento sólida y única. No lo olviden, todos somos parte de la organización y nuestro aporte está en hacer crecer nuestra propia Base de Conocimientos y compartirla con los demás.

Dr. Javier F. García – Decano de Humboldt International University